Como dice el dicho, “la misma gata pero revolcada”, así podemos reducir el tan anunciado relanzamiento del PAN. Cambiar un logo y usar un eslogan que solo confirma su apego a la extrema derecha, no es un relanzamiento, los personajes son los mismos, no hay ninguna novedad, pero es que ese es el PAN, un cascarón vacío que busca alargar su vida útil pero que quizás, y más bien, marcó el inicio de su muerte anunciada.
Jorge Romero, el presidente del PAN, sí ese que recordamos muy bien por ser el líder del cártel inmobiliario en la alcaldía Benito Juárez, a través de la cual obtienen permisos ilegales para construcciones y luego se reparten el botín, ya sea en recursos o en departamentos de lujo, pues ese señor fue el encargado de dar a conocer el nuevo logo y el “nuevo” eslogan del PAN, y junto a él, personajes como Xóchitl Gálvez, Ricardo Anaya, Claudio X. González y demás “figuras” que le quedan a este partido.
No puedo dejar pasar el “nuevo” eslogan que reza (literal) así: “Patria, Familia y Libertad”. De sobra sabemos que el PAN es un partido conservador, siempre lo ha sido aunque de pronto por conveniencia le baja dos rayitas a su radicalismo, pero hoy lo refrendan con orgullo porque (tarde) se quieren subir a la ola (que si me apresura ya va de bajada) de partidos de derecha que gobiernan o gobernaron Latinoamérica. El lema de Bolsonaro en Brasil fue: “Dios, Patria, Familia y Libertad”, sí, ese Bolsonaro que acaba de ser condenado a 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado.
La derechización del mundo es una realidad, ahí está Europa y España concretamente con Vox, Estados Unidos con Trump, Argentina con Milei, por mencionar solo algunos, sin embargo, el PAN llega un poco tarde a la “fiesta”. Las cosas no han salido como estos líderes pretendían porque parece que van en contra de la realidad misma, ayer hubo elecciones legislativas en Argentina y los resultados muy seguramente demostraran que el camino que eligió su presidente, jamás fue el correcto, con lo cual se cerrará las puertas de apoyo de Estados Unidos, porque lo dijo bien claro, si no se ganan las elecciones de este domingo, no habrá préstamo que lo salve.
El otro anuncio fue que ya no harían alianzas con ningún partido, cancelando así a su aliado más cercano, el PRI (aquel que combatió por casi 70 años y que después fue su mejor socio). Pero, si ellos fueran honestos consigo mismos sabrían que ni siquiera es eso, revisando las últimas cuatro votaciones sus números, con o sin alianza van a la baja, de 2000 a la fecha, pasaron de 15 a 9 millones de votantes, de 2015 a la fecha, bajaron de 107 a 71 diputados, de 34 a 21 senadores, de 9 a 7 gubernaturas.
El problema no son ni el logo, ni el eslogan, ni las alianzas, son ellos, son un partido con el que las y los mexicanos no se sienten representados y que se hizo más evidente con la llegada de los partidos que conformamos la Cuarta Transformación, y en este contexto, el PAN no tiene un lugar, con o sin logo nuevo.

Lilia Aguilar Gil
Política y académica.
Maestra en Administración Pública por la Universidad de Harvard y en Gestión Pública por el Tecnológico de Monterrey. Ha contribuido en foros internacionales y enseñado en la Universidad de Harvard. Fundadora de la asociación civil LIBRE, se enfoca en el empoderamiento juvenil. Imparte clases en la UNAM y actualmente es Secretaria Técnica en la SSPC, habiendo sido titular en la Secretaría de Gobernación. Su carrera en el Congreso refleja su compromiso con la seguridad y las políticas sociales.
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