Al mencionar la palabra desigualdad, casi de manera inmediata pensamos en pobreza o en el diferencial pobres y ricos y, así es, en su último reporte de desigualdad, Oxfam presentó resultados alarmantes en materia de concentración de riqueza en el mundo.
El año pasado se produjo el mayor aumento de la historia en el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones de dólares, en 12 meses, la riqueza de esta élite aumentó 762 mil millones de dólares, un aumento que pudo haber terminado con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces. El 82% de la riqueza generada durante el último año fue a parar a manos del 1% más rico, mientras que la riqueza del 50% más pobre no aumentó lo más mínimo.
El 73% de la población mundial recibe menos de 10 mil dólares, mientras apenas el 8% de la población recibe ingresos superiores a 1 millón de dólares. Mientras los ricos del mundo se concentran en países como Australia y Francia, China concentra un alto porcentaje de los pobres del mundo.
El caso mexicano no es tan diferente al entorno global, puesto que el 5% más pobre de México es igual de pobre que el 2% más pobre del mundo. Si bien los pobres de México son tan pobres como los pobres del mundo, la desigualdad en el país es tan elevada que, los ricos mexicanos tienen más ingresos que el 96% de la población mundial, la desigualdad en nuestro país es alarmante, ¿no?
La riqueza extrema de unos pocos es producto del trabajo mal remunerado de una mayoría. Mientras las mujeres ocupan mayoritariamente los empleos más precarios, prácticamente todos los súper ricos son varones. Los Gobiernos deben favorecer la creación de una sociedad más igualitaria a base de dar prioridad a los trabajadores y a los pequeños productores agrarios en vez de a los más ricos y poderosos.
Actualmente, la mayoría de los líderes políticos o empresariales pretenden expresar una supuesta preocupación por la desigualdad. Sin embargo, lo que cuenta son las acciones, no las palabras, y en esto casi todos los líderes fallan. De hecho, muchos de ellos promueven activamente políticas que contribuyen al aumento de la desigualdad y no a la reducción de ésta. En México, cada vez hay más pobres y la brecha entre los pobres y los ricos se amplia rápidamente.
Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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