Por años, en Ciudad Juárez hemos soñado con tener un lugar digno para recibir al mundo. Un espacio que nos represente, que nos muestre como la ciudad vibrante, trabajadora y resiliente que somos. Hoy, ese sueño empieza a tomar forma con el anuncio del futuro Centro de Exposiciones y Convenciones Paso del Norte, y no puedo evitar emocionarme al pensar en lo que esto significará para todos los juarenses.
Este proyecto no es sólo un edificio. Es la prueba de que cuando hay voluntad, generosidad y visión, Juárez avanza. Y quiero hablar de eso, de las personas que están haciendo posible algo que por décadas parecía inalcanzable.
Primero, Laura Zaragoza, quien donó el terreno donde se construirá el centro. Su gesto me conmovió profundamente. Su propuesta incluyó condiciones para proteger el proyecto del oportunismo político y darle acceso gratuito a organizaciones locales varias veces al año. Laura no sólo entregó tierra; entregó confianza. Su acto es un recordatorio de que somos muchas las personas que amamos a Juárez profundamente y lo demostramos con hechos.
Luego está el Comité Técnico del Fideicomiso Paso del Norte, del cual tengo el orgullo de formar parte. He sido testigo directa del esfuerzo, del análisis serio y del compromiso genuino que existe entre sus integrantes para llevar este proyecto adelante. Participar en este comité no sólo ha sido una responsabilidad profesional, sino una experiencia profundamente significativa para mí como juarense. Me siento verdaderamente contenta de contribuir con acciones concretas a la realización de lo que estoy convencida será un ícono para la ciudad. Saber que estoy poniendo un granito de arena en algo que transformará el rostro de Juárez es, sin duda, uno de los mayores honores de mi vida.
También es justo reconocer al presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, quien supo escuchar, dialogar y tender puentes. En lugar de imponer una visión, permitió que la ciudadanía opinara cuando se discutía si el Parque Central era el lugar adecuado. Ahora, con la nueva propuesta, mostró apertura para sumarse al proyecto y ayudar a concretarlo. Esa capacidad de adaptarse y sumar es valiosa en una ciudad tan compleja como la nuestra.
La parte del diseño arquitectónico me hace mucha ilusión, pues estará en manos del despacho Legorreta, uno de los más reconocidos de México. Eso significa que no será un lugar cualquiera: será un ícono, un espacio que nos inspire, que nos represente con orgullo ante quienes nos visiten. Lo mejor es que empresas locales cubrirán los honorarios del arquitecto, en un esfuerzo colectivo que demuestra que cuando se trata de Juárez, muchos estamos dispuestos a poner de nuestra parte.
Este centro cambiará muchas cosas. Permitirá que eventos que antes se iban a otras ciudades se queden aquí. Generará empleos, atraerá inversión, pero sobre todo, nos dará un lugar de encuentro. Imagino a los jóvenes caminando por sus pasillos durante una feria universitaria, a emprendedores mostrando sus productos, a familias disfrutando de una exposición de arte, a empresas conectando con otras del mundo. Todo eso, aquí, en nuestra tierra.
Juárez se lo merece. Hemos pasado por tanto, hemos resistido tanto. Pero también hemos demostrado que sabemos levantarnos, que sabemos soñar. Este Centro de Convenciones es más que concreto y acero. Es esperanza. Es futuro. Y es, sobre todo, un proyecto construido por juarenses, para los juarenses.
Que sea este el inicio de una nueva etapa para nuestra ciudad. Una donde los sueños no sólo se imaginan, sino que también se construyen. Gracias por leer, yo soy Daniela Gonzalez Lara.

Daniela González Lara
Abogada y Dra. en Administración Pública, especializada en litigio, educación y asesoría legislativa. Experiencia como Directora de Educación y Coordinadora Jurídica en gobierno municipal.


