Chihuahua atraviesa una emergencia silenciosa: el suicidio se ha convertido en un enemigo que se infiltra en casas, escuelas, trabajos y barrios sin pedir permiso, sin avisar, y sin que como sociedad estemos respondiendo con la urgencia que el problema exige.
Las cifras son tan frías como devastadoras: más de 550 personas se quitaron la vida en el estado durante 2024. Hombres jóvenes, en su mayoría. Madres, estudiantes, trabajadores, personas en silencio. El método más frecuente: el ahorcamiento. La razón más común: la desesperanza.
Y lo más preocupante no son sólo los números que por sí solos deberían bastar para declarar una alerta estatal sino lo que reflejan: una sociedad desconectada, emocionalmente fragmentada y culturalmente rezagada en cuanto a salud mental.
Vivimos en una cultura del “échale ganas”
En Chihuahua, aún pesa fuerte la idea de que pedir ayuda es una debilidad. Que ir al psicólogo es para los “locos”. Que los hombres no lloran. Que las mujeres deben aguantar. Que los jóvenes exageran. Mientras tanto, los problemas crecen como hiedra en la pared silenciosos, persistentes y destructivos.
Los factores son muchos: ansiedad, pobreza, violencia, soledad, drogas, redes sociales que presionan sin piedad, falta de espacios verdes, falta de comunidad real. Pero el mayor de todos es el silencio. No hablar del suicidio no lo desaparece, lo profundiza.
Las instituciones han reaccionado… pero no es suficiente
Sí, hay líneas de ayuda. El 800-0127-274 atiende emergencias las 24 horas. El municipio lanzó el programa “Psicólogo en tu colonia”. El DIF impulsa cursos sobre primeros auxilios psicológicos. Pero estos esfuerzos, aunque valiosos, no bastan si no los tomamos en serio. Si seguimos pensando que esto no nos va a tocar.
La prevención no es sólo cuestión de política pública. Es responsabilidad de todos: vecinos, amigos, maestras, padres, compañeros. La próxima persona en crisis puede estar sentada a tu lado. Y tú podrías ser la diferencia.
La prevención del suicidio empieza con una frase tan simple como poderosa: “¿Estás bien?”
Y lo que sigue después de esa pregunta: escuchar sin juzgar, acompañar sin presionar, orientar sin minimizar.
Necesitamos crear una cultura donde esté bien no estar bien. Donde se reconozca la tristeza como algo humano, y la salud mental como algo urgente. Donde pedir ayuda no sea motivo de vergüenza, sino de valentía.
No podemos seguir reaccionando sólo después de la tragedia. Tenemos que hablar, peguntar, estar, formarnos, estar alertas.
Porque el suicidio no es una elección egoísta. Es una salida desesperada.
Y la desesperación no nace sola: se construye en el abandono, en el silencio, en la indiferencia.
Chihuahua, despertemos. Este no es un problema de otros. Es nuestro.
Si tú o alguien que conoces necesita ayuda, llama ahora:
Línea de crisis estatal (24/7): 800-0127-274
Línea municipal Chihuahua capital: 614-194-0200
Cuéntame Parral: 627-108-2520
No dejes a nadie solo. Hablemos antes de que sea demasiado tarde.
Nora Sevilla
Comunicadora y periodista experimentada, actualmente Jefa de Comunicación en Cd. Juárez del Instituto Estatal Electoral y Tesorera en la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez. Experta en marketing político y estrategias de relaciones públicas, con sólida carrera en medios de comunicación.
