Hace algunas décadas hablar de la historia como ciencia podía ser objeto de burla o de acalorados debates, debido la mala interpretación del concepto de ciencia. Pues muchos profesionales de las ciencias duras afirmaban que solo la prueba y el error como los resultados exactos y comprobables era ser científico. Cuando sabemos que desde la etimología de ciencia es: cúmulo de conocimientos para demostrar algo. La cuestión metodológica o el uso de la técnica es aparte. Pero cierto es que se necesita cierto grado de objetividad para demostrar que la investigación está sustentada, de lo contrario cualquier cosa sería ciencia.
Pasados los años y con la idea de que todo conocimiento es interpretación, nos hemos dado cuenta de que esto ha repercutido en todas las ciencias y áreas del conocimiento, la historia no es la excepción ya que también se está repensando ¿Qué es historia? ¿para qué hacer historia? ¿qué fin tiene la historia? Estas preguntas reposaban al cobijo de la filosofía de la historia, pero con la llegada de la posmodernidad los paradigmas se cayeron y ahora no tenemos ningún sustento de donde agarrarnos ya que o lo poseemos todo o no tenemos nada. Aunque estos sucesos son parte del debate de finales del siglo XX y principios del XXI, el historiador del arte Jacob Burckhard, había previsto estos sesgos en su libro Reflexiones de la Historia Universal.
Burckahardt abre este libro con la afirmación de que la Filosofía de la Historia es una especie de centauro, un contradictio in djecto. Lo que significa que el concepto se cancela así mismo, esto fue expuesto antes por Hegel en las Lecciones sobre la Filosofía de la Historia. Se le reconoce a Hegel como quien puso los fundamentos de la filosofía de la historia, pero esto ha sido un debate escabroso ya que antes de él, le precedió Voltaire en el siglo XVIII y quien escribe por primera vez el nombre de “filosofía de la historia”, años después Giambattista Vico público la “Ciencia Nueva” en la cual lanza la propuesta de la filosofía de la historia, algo novedoso en su época de ahí el título. Para principios del siglo XIX Hegel hace sus postulados y queda formalmente la filosofía de la historia.
El contradictio in adjecto al que se refiere Burckhardt, es que la historia no está subordinada a la filosofía ni la filosofía a la historia. En el contexto de Hegel, la filosofía y la historia eran diametralmente opuestas y Hegel logra unificarlas. En la actualidad hay quienes piensan que el contradictio in adjecto de la filosofía de la historia es un absurdo, ya que la historia es reflexiva por sí misma. La afirmación de Buckhard nos dice que la historia no es filosofía y la filosofía no es historia. Aunque la historia es indispensable para la filosofía ¿por qué? Porque la filosofía necesita del antecedente histórico para entender cómo ha ido cambiando la forma de pensar, esto es Historia de la Filosofía. En cuanto a la historia hay tres ejes para comprender y explicar los procesos históricos.
Primero es la metodología, que es la forma de hacer la historia. Cabe destacar que solo existe un método: el método lógico.
Esto permite a cada historiador crear las derivaciones de métodos propios, ya que el objeto de estudio de esta ciencia es el Ser Humano, comprender los procesos humanos y explicar el por que de los hechos históricos. Lo humano es siempre cambiante, no existen hechos históricos iguales pero similares sí. Es por ello por lo que la historia es subjetiva, está sujeta a la interpretación porque su objeto de estudio es dinámico e irrepetible. Luego tenemos la teoría de la historia que es la forma en la se piensa la historia, la filosofía de la historia es la reflexión de la historia como suceso, es decir algo en especial y concreto a diferencia de la definición de historia como reflexión del pasado como hecho, por ejemplo, reflexionar sobre la historia como proceso.
Marduk Silva
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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