Hace 115 años, cuando el país se estremecía entre la injusticia y la tiranía, fue Chihuahua quien levantó la voz y las armas. Desde esta tierra se escuchó el galope de los hombres y mujeres que no aceptaron la resignación como destino.
Aquí nació la División del Norte, aquí se forjó la convicción de que la libertad no se mendiga: se conquista.
Ese legado es un mandato, una herencia, una promesa que se renueva cada vez que el centralismo pretende humillar al Norte con decisiones que no entiende, que no escucha, que no respeta.
Pero hoy, como entonces, el norte despierta. Hoy una nueva División del Norte emerge.
La vemos en los jóvenes que ya no aceptan que les digan que callen, que esperen, que se conformen. Una generación que ha despertado con una claridad feroz: saben que el futuro no se hereda, se defiende.
Lo vemos en cada estudiante que trabaja de día y estudia de noche, en cada emprendedor que no teme al fracaso, en cada joven que levanta la voz contra el abuso del poder.
Los chihuahuenses de bien, los que todos los días sostienen este estado con su esfuerzo silencioso. Hombres y mujeres que no se resignan a que desde el centro se decida quién prospera y quién no. Gente que está dispuesta a dar la batalla por Chihuahua porque sabe que esta tierra no se rinde, no se arrodilla, no se entrega. El Norte ha despertado.
Ha despertado para demandar la justicia que tanto se le ha negado, para frenar el saqueo, siempre el saqueo al norte, para defender lo que es nuestro, nuestra agua, nuestros recursos, nuestro esfuerzo.
Que lo escuchen en el centro del país, en cada oficina donde se reparten imposiciones y olvidos: el Norte está vivo, está alerta y está listo para defender lo que es suyo. La dignidad, la libertad, el trabajo y la justicia no son concesiones del poder; son derechos conquistados por generaciones que se negaron a vivir de rodillas.
Porque esta tierra, dura y noble, nunca ha producido cobardes ni sometidos. Aquí, en cada amanecer que nace sobre la sierra, en cada viento que atraviesa el desierto, en cada familia que resiste y trabaja, late un mismo mandato: no rendirnos jamás.
Que lo entiendan en el centro: el Norte no se rinde, Chihuahua no se inclina. Somos herederos de gigantes, hijos de una historia que incendió dictaduras y abrió caminos donde solo había cerrazón.
Y hoy, mientras el país recuerda la Revolución Mexicana, nosotros no solo la recordamos: la llevamos en la sangre. En la sangre de los chihuahuenses galopa todavía el espíritu indómito de la División del Norte, ese impulso que no permite callar frente a la injusticia, ese fuego que reclama dignidad y respira libertad.
Por eso seguiremos de pie, por eso seguiremos luchando, porque mientras haya un solo chihuahuense con el corazón ardido de justicia, la Revolución seguirá viva y el Norte —nuestro Norte— seguirá marcando el rumbo.

Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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