Hay quienes dicen que México es mestizo, pero se les olvida que el mestizaje no solo fue entre “español e indígena”. Se les olvida, o más bien, se les enseñó a olvidar que la historia de este país la escribieron también los negros y mulatos. Y si no me creen, les presento —otra vez— a Vicente Ramón Guerrero Saldaña: insurgente, estratega, revolucionario… y presidente afromexicano.
Sí, afromexicano. Aunque lo duden, aunque lo omitan, aunque en los libros de texto nomás lo pinten de mestizo, Vicente Guerrero fue hijo de un padre mestizo y de una madre africana o afrodescendiente. En el sistema de castas de la Nueva España eso lo hacía “mulato”, y ese término, tan denigrado por siglos, hoy lo reclamamos con dignidad y respeto.
¿Y qué nos dicen los libros de texto? Que Guerrero fue valiente, que siguió luchando cuando todos colgaron el machete, que abolió la esclavitud en 1829. ¡Ah! Pero no nos dicen por qué. No nos dicen que la esclavitud lo atravesaba a él, a su familia, a su gente. No nos dicen que sus enemigos no solo lo veían como traidor político, sino como un “mulato arrogante” que se atrevía a desafiar el poder blanco, criollo, racista.
Cuando Guerrero llegó a la presidencia, México tenía apenas ocho años de vida como nación independiente. No había estabilidad, ni instituciones, ni partidos políticos. Había intereses, traiciones, caudillos y codazos por el poder – pensándolo bien, en eso no ha cambiado mucho las cosas- Aun así, Guerrero gobernó con claridad: promovió la educación pública, defendió los derechos de los pobres y, lo repito por si no quedó claro, abolió la esclavitud. ¿Y cómo le pagaron? Lo derrocaron, lo traicionaron y lo fusilaron. Porque un hombre de piel oscura, con ideas de libertad para todos, era demasiado peligroso.
Hoy, casi 200 años después, seguimos luchando contra esa misma invisibilización. ¿Cuántos niños saben que tuvimos un presidente afromexicano? ¿Cuántos saben que la tercera raíz —la afromexicana— está presente en nuestra música, en nuestras palabras, en nuestros rostros? ¿Cuántos se reconocen mulatos, prietos, negros, con orgullo y no con vergüenza?
En Afromexicanos Chihuahua lo decimos fuerte: sí existimos, sí resistimos y sí gobernamos. No somos moda ni discurso políticamente correcto. Somos raíz profunda. Guerrero fue uno, pero no el único. Desde la colonia, nuestra gente ha estado en la milpa, en la mina, en el palacio. Hemos sido esclavizados, ignorados y exotizados, pero también hemos sido estrategas, guerreras, curanderas, sabias, poetas, madres. Mexicanos todos. Mulatos todos.
Así que la próxima vez que alguien diga que en México no hay negros, muéstrenle el rostro moreno de Vicente Guerrero. Muéstrenle el mapa de la Costa Chica, de Veracruz, de Chihuahua, donde también hemos llegado para quedarnos. Muéstrenle su propia cara, porque probablemente también lleve en la sangre esa mezcla que tanto niegan.
Porque ser mexicano no es una etiqueta homogénea. Es una mezcla viva, rebelde y hermosa. Y si somos mexicanos, pero también somos afromexicanos, porque la historia lo respalda.

Ángeles Gómez
Fundadora en 2014 de Ángeles Voluntarios Jrz A.C. dedicada al desarrollo de habilidades para la vida en la niñez y juventud del sur oriente de la ciudad. Impulsora del Movimiento Afromexicano, promoviendo la visibilización y sensibilización sobre la historia y los derechos de las personas afrodescendientes en Juárez.


