En este artículo les hablaré un poco de la competitividad y la cuarta revolución industrial.
Primero, hablar de competitividad puede tener varias connotaciones, sin embargo, la más importante y utilizada es aquella relacionada con la eficiencia en el uso de los recursos y el aprovechamiento de ventajas competidas. La competitividad de una economía está directamente relacionado con ser el mejor de su grupo, especialmente y temas como empleo, salarios, bienestar, democracia y corrupción.
Después de definir la competitividad, es importante entender como ésta se relaciona con una cuarta revolución industrial.
A lo largo de la historia las revoluciones industriales han marcado un antes y un después de la humanidad como la conocemos. La primera marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; la segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa y la tercera, se dio a mediados del siglo XX con la llegada de la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones. Es por ello, que la cuarta revolución está marcada por los procesos actuales, la inteligencia artificial, la mecanización de las fábricas y la robótica.
Después de entender el contexto es importante saber que los nuevos sistemas de producción y como las economías estén lo suficientemente calificadas ara afrontar los cambios será lo que determine su competitividad, en este sentido, ser competitivo ya no será medido sólo a partir de la producción y la tecnología, sino también del capital humano y como afrontemos la era de la mecanización.
En días recientes, el Foro Económico Mundial WEF, por sus siglas en inglés, presentó su Ranking Global de Competitividad 4.0, que incorpora una nueva metodología que incluye temas claves para avanzar en la Cuarta Revolución Industrial, como innovación y capital humano. Destaca que la competitividad en Latam se resintió, dada la estructura socioeconómica, la guerra comercial y la corrupción. 
Los países más competitivos en el mundo son Estados Unidos de América, Singapur y Alemania, los menos Haití, Yemen y Chad. Por su parte, de los 140 países evaluados México se sitúa en la 46ª posición, además de ser el 2º país mejor evaluado de América Latina, sólo después de Chile.
Bajo este contexto a América Latina y especialmente a México le falta mucho para estar listos para los cambios que están a la vuelta de la esquina y en esta ocasión no se trata sólo de acceder a tecnologías emergentes, sino contar con personal calificado en las carreras que serán demandadas en los años venideros. En trabajo por hacer es más allá de pensar en las máquinas, sino pensar en las personas.
Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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