Las recientes declaraciones del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, no dejan lugar a dudas: Ciudad Juárez está llamada a ser protagonista del nuevo modelo económico de México. La presentación formal del programa Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar, enmarcado dentro del Plan México impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, confirma lo que muchos juarenses hemos defendido desde hace años: que esta ciudad fronteriza tiene todo el potencial para convertirse en un eje clave del desarrollo industrial, tecnológico y social del país.
Estos Polos no son proyectos improvisados, la presidenta los ha trabajado durante meses como una de las prioridades centrales de su gobierno. El objetivo es claro: crear bienestar utilizando el desarrollo como medio, no como fin. No se trata solo de atraer inversiones por atraerlas, sino de construir condiciones para que esas inversiones generen empleo digno, innovación tecnológica, infraestructura de calidad y oportunidades reales para las y los mexicanos.
El polo de Ciudad Juárez ocupará un lugar estratégico. Aquí se concentrarán infraestructura, servicios, estímulos fiscales y respaldo gubernamental para facilitar la instalación de empresas en sectores clave como la industria automotriz, aeroespacial, electrónica, semiconductores, farmacéutica, agroindustria, dispositivos médicos, energía, economía circular, entre otros.
Pero más allá de la promesa de crecimiento económico, lo verdaderamente transformador de estos polos son los estímulos fiscales que el gobierno federal ha dispuesto para promover el desarrollo con justicia. Las empresas podrán acceder a: Deducción inmediata del 100% de la inversión en activos fijos nuevos, como maquinaria y equipo; deducción adicional del 25% para programas de capacitación dual, fundamentales para preparar a la población local para los nuevos empleos; y deducción adicional del 25% en actividades de investigación e innovación, impulsando el conocimiento y la tecnología mexicana.
Se trata de un apoyo fiscal sin precedentes, diseñado no solo para atraer capitales, sino para canalizarlo hacia regiones con vocación productiva comprobada, como lo es Ciudad Juárez.
Este esfuerzo se está coordinando estrechamente con los gobiernos estatales y municipales. Este jueves 26 de junio se firmaron los convenios de coordinación con los gobernadores de 14 estados y en agosto comenzará la adjudicación de quienes operarán estos polos o parques industriales. En el caso de Chihuahua, estamos ante una oportunidad histórica que debemos abrazar con visión de futuro y responsabilidad compartida.
Este proyecto es crucial porque permitirá ordenar y dirigir las inversiones que ya están llegando al país, muchas de ellas como resultado del fenómeno del nearshoring, empresas globales que buscan relocalizar sus cadenas de suministro más cerca de Estados Unidos, y Juárez —por su ubicación, su capital humano y su historia productiva— es un destino natural.
La inclusión de Juárez entre los primeros polos anunciados habla del reconocimiento al esfuerzo que durante décadas ha hecho esta ciudad para sostener la economía del norte del país. Los Polos de Desarrollo para el Bienestar representan un nuevo paradigma que apuesta por el crecimiento económico con justicia, por la inversión con inclusión y por el progreso con raíces locales.
Como chihuahuenses, ya sea legisladores, empresarios, académicos o ciudadanos, nos corresponde vigilar y acompañar la implementación del Plan México para que los beneficios lleguen a todos los sectores de la población, especialmente a los que más lo necesitan. El desarrollo económico debe ser un medio para lograr justicia social, y este proyecto ofrece las condiciones para hacerlo realidad.
Ciudad Juárez no solo está en el mapa económico de México; está en el centro de su transformación.
Pedro Torres
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