El tráfico de fentanilo y el lavado de dinero se han convertido en un tema de preocupación tanto en México como en Estados Unidos.
Ciudad de México (ADN/Staff) .- Recientemente, el periódico mexicano La Jornada reportó que el país norteamericano presenta el mayor número de alertas de lavado de dinero relacionado con el tráfico de este opioide. Según datos de la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), 95 de cada 100 alertas provienen de Washington, lo que indica una conexión significativa entre el sistema financiero estadounidense y el narcotráfico.
En un análisis de reportes bancarios del año 2024, FinCEN identificó 1,246 informes de movimientos financieros que están directamente relacionados con el tráfico de fentanilo. Esta cifra pone de manifiesto la complejidad de la cadena de suministro que involucra desde la adquisición de precursores químicos hasta el lavado de dinero, con puntos de contacto en el sector financiero de Estados Unidos. La situación sugiere que el país actúa como un trampolín para el sistema financiero internacional que facilita estas actividades ilícitas.
La Jornada también destacó que, aunque el FinCEN no especificó si el alto número de alertas se debe a mejores mecanismos de detección en Estados Unidos o a un mayor volumen de actividad delictiva, la falta de sanciones a bancos estadounidenses por estos esquemas es notable. A diferencia de las acciones tomadas contra instituciones financieras mexicanas, que han sido sancionadas por su supuesta complicidad con cárteles como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel del Golfo, los bancos en EE. UU. parecen operar sin consecuencias.
Esta semana, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de México tomó medidas drásticas al intervenir gerencialmente tres bancos mexicanos señalados por el FinCEN. Esta intervención busca proteger los derechos de los ahorradores y clientes de estas instituciones, mientras se investigan las acusaciones de lavado de dinero. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha declarado que su gobierno actuará en caso de que se presenten pruebas concretas sobre las acusaciones, aunque hasta el momento no se han mostrado evidencias.
La situación refleja un desafío significativo en la lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero en la región. La cooperación entre México y Estados Unidos es crucial para abordar estos problemas de manera efectiva. Sin embargo, la falta de sanciones en el sistema financiero estadounidense genera preocupaciones sobre la equidad en la aplicación de la ley y la responsabilidad de las instituciones financieras en ambos países.
En conclusión, el tráfico de fentanilo y el lavado de dinero son problemas interconectados que requieren atención urgente. La respuesta de las autoridades mexicanas y estadounidenses será determinante para frenar estas actividades delictivas y proteger a las comunidades afectadas por el narcotráfico.
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