Se confirma el linaje ritual y doctrinal entre la masonería mexicana y la tradición escocesa francesa, consolidando más de dos siglos de historia y simbolismo compartido.
Ciudad de México (ADN/Staff) – En un hecho que marca un hito para la historia de la masonería en México, la Gran Logia de Francia (GLF) otorgó de manera oficial la Gran Carta Patente a la Muy Respetable Gran Logia Valle de México (GLVM), reconociéndola como heredera directa de la tradición del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA). Este acto formaliza una relación de más de 160 años de filiación ritual y reafirma el vínculo entre la masonería mexicana y la fuente doctrinal francesa del escocismo moderno.
La entrega de este documento fue encabezada por el Gran Maestro de la GLF, Thierry Zaveroni, y recibida por su homólogo en México, Ángel González Cruz, durante una ceremonia histórica realizada en la ciudad de París, Francia. La Carta Patente no sólo acredita la regularidad de la GLVM como potencia masónica practicante del REAA, sino que establece de forma explícita su alineación con la tradición francesa, tanto en lo simbólico como en lo litúrgico.
Este reconocimiento reviste un profundo valor histórico, ya que el REAA se originó formalmente en París a mediados del siglo XVIII con el Consejo de los Emperadores de Oriente y Occidente (1758), antecedente directo del Supremo Consejo de Francia fundado en 1804. Fue este mismo cuerpo el que, por medio de Alexandre-Auguste de Grasse-Tilly, consolidó la estructura de 33 grados y propagó el rito en América Latina, incluyendo México, durante el siglo XIX.
La GLVM, establecida en 1862, heredó esta tradición a través de múltiples vías: primero, mediante logias con filiación francesa directa o indirecta, y más tarde por conducto de potencias como el Gran Oriente Neogranadino de Colombia. Además, durante su consolidación institucional, líderes como Alfredo Chavero buscaron las liturgias originales del REAA, tanto de Francia como de Albert Pike, confirmando una orientación simbólica, iniciática y no ideológica.
Históricamente, la masonería mexicana ha sido escenario de intensos conflictos rituales e ideológicos. Durante el siglo XIX, se enfrentaron logias que practicaban versiones regulares del REAA —como las de la GLVM— contra otras influenciadas por corrientes como el Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA), impulsadas por Vicente Antonio de Castro. Esta última tradición, de fuerte carga política y social, penetró en algunos sectores masónicos mexicanos mediante figuras como Ignacio Manuel Altamirano, generando lo que hoy se conoce como rituales “irregulares” del REAA en México.
El documento Raíces rituales del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en las tradiciones masónicas novohispanas y mexicanas de los siglos XIX al XXI destaca cómo estos rituales evolucionaron desde las versiones francesas originales hacia adaptaciones mexicanas con fuertes influencias sociales, políticas e incluso anticlericales. Durante los años 1928-1931, muchos grupos mexicanos incorporaron versiones derivadas del GOCA, abandonando en gran medida la dimensión espiritual y simbólica que había caracterizado al REAA en sus orígenes.
En este contexto, la entrega de la Gran Carta Patente de 2025 marca un parteaguas. No sólo legitima la tradición mantenida por la GLVM durante más de siglo y medio, sino que también reordena el mapa ritual del REAA en México, diferenciando claramente entre prácticas regulares, de raíz francesa, y aquellas derivadas de trayectorias políticas o doctrinalmente irregulares.
Desde una perspectiva técnica masónica, esta filiación se confirma en tres planos:
- Documental: La Carta Patente representa un acto jurídico masónico de reconocimiento, equiparable a una carta constitucional que otorga legitimidad ritual y simbólica.
- Histórico: Se refrenda una línea continua desde los rituales franceses del siglo XVIII hasta las prácticas actuales de la GLVM, incluyendo la influencia de autores como Cassard, Ladebat y Pike.
- Ritual: Se establece que los rituales del REAA practicados por la GLVM están alineados con los de la tradición escocesa francesa, tanto en estructura como en liturgia y contenido simbólico.
Con esta certificación, la GLVM se convierte en la primera potencia masónica mexicana formalmente reconocida como heredera de la línea escocesa continental. Ello implica que sus rituales, doctrinas y estructura administrativa —incluyendo el Supremo Consejo del grado 33°— están en comunión con la matriz ritual parisina que dio origen al REAA.
Este reconocimiento llega en un momento clave, en que muchos masones en México buscan recuperar la dimensión iniciática, espiritual y trascendental del REAA, alejándose de las versiones que durante décadas lo politizaron o desfiguraron. La Gran Carta Patente actúa como una brújula para orientar este retorno a las fuentes, y posiciona a la GLVM como un referente no sólo nacional, sino también internacional del escocismo regular.
En términos simbólicos y prácticos, se trata de un acto de reparación histórica. Luego de siglos de fracturas, disputas y ambigüedades, la masonería mexicana cuenta hoy con un reconocimiento claro de su lugar en la genealogía viva del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Esta filiación no sólo fortalece la identidad masónica en México, sino que abre nuevas vías de colaboración con las potencias escocesas del mundo, en especial con Francia.
Así, la Gran Logia Valle de México no sólo preserva la llama del REAA: es su depositaria legítima ante la historia, la masonería internacional y las futuras generaciones de iniciados que buscarán, en sus templos y rituales, las claves de la perfección moral, el universalismo fraternal y el progreso espiritual que son esencia del escocismo.
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