En días pasados la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó el reporte “Perspectivas de la OCDE para las PYME y el emprendimiento 2019”, en él describe el rol que tienen las pequeñas y medianas empresas en la economía y cuáles son sus retos, especialmente en materia de innovación, productividad y calidad del empleo.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) representan en los países pertenecientes a la OCDE un 60% del empleo y entre un 50% y un 60% del valor añadido, siendo además las impulsoras principales de la productividad en muchas regiones. Sin embargo, a pesar de estos datos, las empresas más pequeñas se enfrentan a barreras para superar condiciones empresariales severas o acceder a recursos estratégicos.
Esta falta de oportunidades en las microempresas se traduce en su falta de innovación en los procesos, así como en la precariedad salarial de sus ocupados. El estudio revela que las pymes, incluso las de mayor tamaño, suelen pagar a sus empleados «un 20% menos» que las grandes empresas.
Una de las opciones más potentes para reducir las desventajas en cuanto al tamaño de las empresas es la digitalización, reduciendo los costos asociados al transporte y a las operaciones fronterizas. Las pymes pueden beneficiarse del efecto goteo, en materia de conocimiento y capitalizando un crecimiento más sólido en mercados emergentes.
En realidad, las brechas salariales en las empresas son menores en las pymes de exportación y en las de alta productividad, especialmente en las que están a la vanguardia de la revolución digital. Sin embargo, normalmente son las más pequeñas las que se quedan atrás en digitalización: cuanto más pequeña sea la empresa menos probabilidades tiene de adoptar prácticas empresariales con tecnología mejorada.
Para el caso de la economía mexicana, ésta se distingue por ser un país de micronegocios y no se diga el caso de Chihuahua, en el Estado prevalecen los “changarros”, empresas con menos de 10 empleados en su mayoría dedicadas al comercio y los servicios.
Si bien no existe un estudio, que explique la situación de Chihuahua, en donde se relacione la precariedad salarial con el tamaño de las empresas, los datos duros muestran cómo en Chihuahua el 99% de las empresas son micro, pequeñas y medianas y por su parte, el 54% de los ocupados formales tienen ingresos inferiores a los 7 mil pesos mensuales.
La economía mexicana y la de sus entidades federativas tiene retos importantes, destacando el tema salarial, actualmente la pobreza está directamente relacionada con la baja calidad de los empleos. La informalidad ha ocasionado la reducción de acceso a prestaciones, especialmente en materia de salud o una pensión y a su vez castigando los salarios y, por ende, reduciendo las posibilidades de salir de la pobreza.
Al momento la política se ha enfocado en programas desenfocados de transferencias y asistencialismo, más no en políticas efectivas de capacitación, incentivos a la formalidad y el desarrollo empresarial.
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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