En la política chihuahuense, particularmente en Ciudad Juárez, los movimientos al interior del PAN han comenzado a agitar las aguas con la intensidad de una tormenta desértica. La reciente renuncia de Sergio Nevárez Rodríguez como titular de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) no solo marca un cambio administrativo, sino que se ha convertido en un sismo político que resuena desde las redes sociales hasta los cafés donde se cocina la grilla local.
Nevárez, quien durante meses fue considerado el prospecto natural del panismo para competir por la alcaldía de Juárez, ha salido por la puerta trasera —o quizás lo empujaron. Las versiones abundan: que se fue por voluntad propia, que hubo traición, que recibió maltrato político, o que simplemente fue víctima de un reacomodo estratégico. Todo esto, intensificado por una fotografía tomada el pasado fin de semana en el Angus Rojo, donde aparece en compañía del alcalde capitalino Marco Bonilla y figuras priistas de peso, incluida Adriana Fuentes por supuesto.
La reacción de la gobernadora Maru Campos no se hizo esperar. En una declaración contundente, aseguró que el proyecto político continuará “con otras personas”, lo cual, en los códigos políticos de Chihuahua, equivale a una expulsión tácita del círculo azul. En este escenario, resulta improbable ver a Nevárez en Morena, PT o el Verde; las alternativas se reducen a Movimiento Ciudadano o, más probablemente, al PRI, lo cual explicaría el revuelo que ha causado esa fotografía.
Mientras tanto, la sucesión interna por la candidatura a la presidencia municipal sigue abierta. En la baraja panista suenan nombres como Raúl García Ruiz, recaudador de Rentas en la Zona Norte, y Austria Galindo, joven funcionaria estatal con perfil técnico y cercanía con la gobernadora. Pero hay una figura que se está posicionando con fuerza: Daniela Álvarez. No es casual que en semanas recientes hayan aparecido espectaculares con su rostro y bardas con frases provocadoras como “Daniela es cabrona”. ¿Y si sí lo es y en una jugada audaz, le arrebató el lugar a Nevárez? La política tiene su propio lenguaje, y esos mensajes pintan más que paredes.
Lo que es indudable es que la batalla por la alcaldía de Juárez está cargada de simbolismo y pugnas personales. El nombre de Andrea Chávez, diputada morenista y figura emergente de la 4T, aparece inevitablemente como la contracara de Daniela Álvarez. La rivalidad entre ambas, agudizada por su cercanía —y ruptura— con actores del poder estatal, tiene ya tintes más personales que ideológicos. ¿Y si Chávez va por la alcaldía, y Daniela es enviada a impedirlo?
En el ajedrez político, cada pieza cuenta. La pregunta entonces es si la gobernadora está moviendo fichas para contener, o incluso desarmar, la ofensiva de Morena en Juárez. Porque del otro lado, el actual alcalde Cruz Pérez Cuéllar ha consolidado una red de respaldos que va más allá de su partido: el Partido Verde —donde su sobrino es operador local—, el Partido del Trabajo, y nuevas agrupaciones como México Republicano y Partido Pueblo ya han hecho público su apoyo rumbo al 27.
En ese rubro, Marco Bonilla y Gilberto Loya perfilan sus aspiraciones estatales por el PAN, en Juárez se fragua una batalla distinta, pero no menos trascendente. El tablero se mueve, y si algo ha demostrado la política chihuahuense es que las piezas cambian de color, pero no siempre de propósito.
En estos días de rumores y estrategias, la única constante es la especulación, que más que ciencia parece arte. ¿Está Maru acomodando las piezas para resolver con anticipación la partida contra o a favor de Cruz? Algunos bien informados lo afirman. Y mientras tanto, Juárez observa, impaciente, cómo los dados siguen girando en esta partida de poder.

David Gamboa
Mercadólogo por la UVM. Profesional del Marketing Digital y apasionado de las letras. Galardonado con la prestigiosa Columna de Plata de la APCJ por Columna en 2023. Es Editor General de ADN A Diario Network.


