Pink Floyd / time (1973)
“You run and you run to cat Juárez avanza, pero corre tras un brillo que ya se atenúa.
Ayer vimos una puesta en escena con luces, música y aplausos. Lo que faltó fue luz para transformar la ciudad, no sólo para iluminar un momento.
Mientras algunos corren al escenario, otros esperan que sus calles, sus escuelas o sus servicios corran también.
El problema no es lo que se ve: es lo que se sigue quedando atrás. ch up with the sun, but it’s sinking.”
Ya sé, todos los columnistas escribiremos sobre lo que paso ayer donde Ciudad Juárez fue escenario del Primer Informe de Gobierno de la segunda gestión del presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar.
Lo que debió ser un ejercicio sobrio de rendición de cuentas se transformó en un espectáculo pensado más para los reflectores que para la ciudadanía; el mensaje fue implícito pero evidente: “¡contemplen el músculo!” Pero ver no es lo mismo que importar, ojo con esto.
Lo que se ve no siempre es lo valioso, en momentos donde la ciudad enfrenta desafíos serios, tanto brillo podría dar la impresión de que solo sirve para opacar lo urgente y no me dejará mentir, este tipo de eventos están diseñados y destinados para la clase política tanto para los de arriba, como para la oposición.
Con esto no busco sere el aguafiestas, tome en cuenta usted, que cuando fui funcionario municipal en la Sindicatura Municipal y pues como no vivir a partir de ese momento con la óptica del cuidado de la cuenta pública, y en este caso así fueran recursos de terceros o personales, pues podría haber sido más bonito un buen manejo de redes con el informe y ¿por qué no? La propaganda de lo que se ahorró y a donde se destinó el gasto de un evento que a la gente no le importa.
Lo que me llama mas la atención y que debo de reconocer es que la Presidenta de la República, ha dado el ejemplo a todos lo funcionarios habidos de notoriedad con su informe que coincidió el día de la toma de protesta de los elegidos a ocupar cargos en el poder judicial; informe que fue austero y sencillo y que desde mi punto de vista, eso lo vistió con elegancia que nunca olvidaré y no quiero que se me mal interprete, no se trata de ignorar la comunicación institucional, sino de preguntarse: ¿a quién sirve todo esto? Como ya dije, al pueblo no le importa, ni siquiera lo escucharon o le pusieron atención en realidad, solo a los políticos y uno que otro columnista.
Ok, antes de que me debatan, si rendir cuentas es un deber de todo servidor público, la legislación mexicana, a nivel federal y local, establece que los gobiernos deben informar sobre su estado general de administración, peeeeeeeeero en ninguna parte de la ley se establece que deba hacerse mediante un evento público, mucho menos un espectáculo producido al estilo de campaña, mucho menos es obligatorio hacerlo en un salón de lujo, en estadios o grandes explanadas, con pantallas gigantes, con música ni con invitados a modo, la ley pide transparencia, no producción escénica, pide datos, las ovaciones, créanme las tienen cuando las cosas se notan y si, este gobierno municipal tiene un sello muy bueno que es el trabajar, los datos lo dicen, ¿que podemos hacer?.
Cualquier despliegue adicional no es cumplimiento institucional, es decisión política ycomo decisión política, debe ser evaluada bajo un criterio ético: ¿fue útil para la gente, o sólo útil para el ego del poder?
Este informe ocurre en el arranque de un segundo periodo de gobierno, es decir, en plena continuidad, por lo que ya no hay margen para escudarse en la curva de aprendizaje, hay responsabilidad acumulada, asesores, opiniones y expertos, que en ese contexto, lo que importa no es lo que se muestra, sino lo que se ha hecho… y lo que no.
Juárez sigue enfrentando problemas estructurales: violencia, rezago urbano, transporte público caótico, servicios públicos deficientes y una desigualdad profunda. En ese escenario, montar un evento para celebrar el poder más que para explicar el rumbo es cuestionable y si será inolvidable, mis respetos, nunca había visto algo de ese calado y con ese grado de ejecución, reconozco la labor ya que en el estado somos los mejores.
Escuché que los recursos utilizados fueron aportaciones personales o de terceros pero en lo público, la percepción también es fondo, no basta con que algo no haya salido del erario: si genera desconexión con la realidad de los ciudadanos, si transmite frivolidad en medio de la precariedad, entonces el daño está hecho, perdón pero es la verdad.
Y porque no mejor con esa habilidad de jalar recursos no destinados a la ciudad, ¿lo destinamos a esta misma? Cada vez que cruzo a la vecina ciudad de El Paso, reflexiono con el hecho de que, quizá tan solo la jardinería y la limpieza, que por cierto ni agua utiliza.
Uno de los momentos más llamativos del evento fue la participación de Sergio Nevárez, titular de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, discúlpame Sergio, pero lejos de representar formalmente al Gobierno del Estado, como marca el protocolo, se dedicó a hacer elogios fuera de lugar habló de logros estatales en un espacio que no le correspondía, tomando un micrófono que no entendí porque lo debía tomar, acto que expuso otra falla: la falta de respeto por los límites institucionales, la rendición de cuentas no es un festival de aliados, ni un espacio para que los funcionarios hagan campaña cruzada es un ejercicio cívico que exige orden, representación y foco en la ciudadanía.
Nuestro amigo Nevárez no mostró lucidez ni temple institucional, mostró subordinación política y confusión de roles y eso no se puede normalizar.
Hacer política útil hoy significa saber dónde poner la energía, no en el escenario, sino en la calle, no en lo que emociona, sino en lo que transforma, los ciudadanos no necesitan ver al gobierno aplaudirse, necesitan sentir que está trabajando en lo que duele, en lo que falta, en lo que no se resuelve con discursos.
Los informes no son actos sociales son ejercicios de responsabilidad, no hay ley que diga que deben convertirse en espectáculos, pero sí hay una exigencia ciudadana que pide resultados y respeto.
En estos tiempos es curioso como lo verdaderamente revolucionario es reconocer lo que importa y actuar en consecuencia.

Alfonso Becerra Allen
Abogado corporativo y observador político, experto en estrategias legales y asesoría a liderazgos con visión de futuro. Defensor de la razón y la estrategia, impulsa la exigencia ciudadana como clave para el desarrollo y la transformación social.


