“…desde luego no me he ido a vivir allá ni a ningún otro lado.”
Aclaración de Beatriz Gutiérrez respecto a la falsa nota de
que se había ido a vivir a España.
Por años, los enemigos políticos de López Obrador han tratado de encontrarle su talón de Aquiles sin tener éxito. La premisa básica siempre fue y sigue siendo, que no era posible que hubiera un político que no quisiera vivir en una vida de lujo y comodidad propia de las clases altas.
Para los miembros de la elite neoliberal que dirigieron el país desde fines de los 80, y hasta el 2018, el ejercicio del poder político era, necesariamente, simultaneo a su proceso de encumbramiento económico, si es que no venían ya de familia “acomodada” como era el caso de los mireyes de la política léase Pena Nieto, Alfredo del Mazo o Jorge Emilio Gonzalez Torresentre los exponentes mas conocidos de la categoría.
Y no es que los “revolucionarios” del periodo anterior no se dedicaran también a hacerse ricos a costa del erario, solo que lo hacían de otra manera, más descarada si gustan, mas bravera. Los neoliberales, por un supuesto prurito, particularmente después del sexenio del tristemente célebre López Portillo, trataron de justificar su riqueza auto imponiéndose sueldos de lujo, “para no tener que robar”, justificaban. De esa manera querían disimular su estilo de vida y sus raterías.
De ahí que cuando aparece López Obrador, con zapatos desgastados y moviéndose en un modesto Tsuru siempre creyeron que era algo falso. No podía ser cierto. Es verdad que el político tradicional se ensucia la ropa y los zapatos, pero solo para la foto, una vez terminado el montaje, regresa con los suyos a su inalcanzable mansión, como le quiso hacer el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuellar, por cierto.
Sin embargo, y ante la imposibilidad de encontrarle algún trapito sucio al expresidente, sus detractores han encontrado un sucedáneo que les permita decir, ¡aja, ya lo sabíamos! Y se trata de la familia de Andrés Manuel.
Esto desde luego no es nuevo, ya desde que López Obrador ocupaba la primera magistratura del país, la oposición acusó a sus hijos de varios supuestos actos de corrupción, siendo quizás los que más trascendieron, el caso de la casa gris, la fábrica de chocolates Rocío y la supuesta venta de balasto al tren Maya.
En el caso de la casa gris, se supo que no era comprada sino rentada; en el caso de chocolates Rocío, se les acuso de beneficiarse del programa social Sembrando Vida, y, por último, en el caso del balasto, resultó ser una acusación falsa. Sin embargo, el hecho de que las acusaciones en su contra no hayan prosperado, y que no sean o hayan sido funcionarios de gobierno no los exime de una condición inevitable, son hijos de López Obrador.
Por esa simple condición, ellos deben saber que los enemigos de su padre, que son bastante poderosos, siempre estarán buscando la forma de hacerlos parecer como beneficiarios de la corrupción. Siempre habrá alguien husmeando en su vida privada, tratando de encontrar ese trapito sucio que no le pudieron encontrar a su padre.
Así es que, si a ellos les va bien en los negocios, y pueden darse un nivel de vida de lujo, más les vale que los tengan en regla; que paguen sus impuestos como es debido; que estén al corriente con los beneficios a su personal, pero sobre todo, que haya claridad en sus ingresos, porque siempre va a existir un Loret de Mola, un Gómez Leyva o un López Dóriga que no va a tener escrúpulos en tratar de exhibirlos y acusarlos de corrupción.
Y ahora, los malquerientes de López Obrador agregaron un nuevo objetivo a su lista de ataques:Beatriz Gutiérrez, la esposa de AMLO. Hace unos días corrió el rumor de que la señora Gutiérrez estaría buscando la ciudadanía española para irse a vivir a la Península ibérica.
En la nota, ampliamente reproducida por varios periódicos españoles y mexicanos, no solo se aseguraba lo anterior, sino que ya se daba por descontado que se iría a vivir a una lujosa residencia en un exclusivo fraccionamiento de Madrid.
Luego de mucho ruido en redes sociales, la señora Gutiérrez Müller, salió a aclarar que lo anterior es falso. Sigue viviendo en la ciudad de México, y no tiene planes para mudarse a ningún lado. Yo me pregunto, si tiene derecho y quiere, ¿no puede vivir en donde ella le plazca? La respuesta es sí, pero….
Ella debe vivir bajo las mismas limitantes que los hijos de AMLO, puede vivir en donde le plazca, pero debe haber congruencia entre su nivel de vida, y los ingresos que como pareja hubieran generado en sus años de matrimonio. Al igual que con los hijos de AMLO, siempre habrá alguien tratando de demostrar que ella vive de la corrupción. Que ella y López Obrador, son igual de corruptos que sus antecesores.
Hasta el momento se han topado con pared, esperemos que a final de cuentas, la familia no resulte incomoda.
Es cuánto.

José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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