U2 Walk On” (2001)
WALK ON…
Hay semanas en que el presente se diluye entre el humo del pasado, y cuando eso sucede, queda una sola salida: seguir adelante.
En Juárez, donde los recuerdos del Jueves Negro aún duelen y la duda se infiltra como sombra, la palabra no basta. La política no necesita más discursos: necesita presencia, temple y acción honesta.
Si hay algo que este tiempo nos exige es detener el teatro y caminar con los hombros firmes, pese al silencio, pese a la presión, pese a la incertidumbre. ¡Walk on!
Hay semanas en que el presente se tiñe con el humo del pasado.
Aquí en Ciudad Juárez, el recuerdo del Jueves Negro de hace tres años sigue latente, no solo por las balas, sino porque aquel acontecimiento demostró que, la delincuencia organiza hasta las instituciones mismas y deje usted, nos cambia la vida a todos los que vivimos en esta frontera porque, por desgracia estamos acostumbrados a que haya ejecuciones, balazos y cosas insólitas pero cuando se atacó a la ciudadanía inocente, entonces sobrepasó el límite de los límites; que por cierto, yo estaba casi seguro que la sociedad se iba a manifestar de alguna manera pero todo siguió igual.
Para algunos políticos los señalamientos caen como balas, como es el caso bonilla quien ha sido golpeado indirectamente por la investigación de la DEA contra su media hermana, es más que una nota roja disfrazada de política. Aunque él no está acusado, la sombra de la duda ya se instaló y en política, esa sombra pesa más que cualquier cosa, ahora si que es la peor pesadilla: Tener el “pariente incómodo”, sin contar que apaga la luz del ideal antes de que exista un juicio.
No basta con negar. No basta con decir “no sabía”. Gobernar es una especie de juego al estilo “El juego del calamar”, ahora si que con tanta información globalizada, acceso al internet, redes sociales, la velocidad con que corren las noticias y la falta de manejo de crisis (le faltó barrio como al joven Adan) exige algo más que transparencia: demanda cercanía, empatía y temple.
En una ciudad como Juárez, donde cualquier indicio que huela a crimen organizado es parte del colectivo, la noticia de algo así se percibe como una traición y la piel de todos se vuelva por demás de sensible.
En otro orden de ideas, en la capital del país, Sandra Cuevas despliega un juego personalista. “México Nuevo, Paz y Futuro” me suena a “Tortilla, piedra, papel y tijera”, y si bien es irrelevante el nombre, ya ven el nombre de MORENA que de atractivo no tiene nada y ahora es una super marca política de peso internacional, y no pienso discutirlo; esta ocurrencia (“Tortilla, piedra, papel y tijera”, perdón:“México Nuevo, Paz y Futuro”) llama la atención hasta el que pega las calcomanías en las campañas políticas porque no tiene una estructura real y con esto quiero decir que corre el riesgo de convertirse en otro experimento estético,de esos que son nota, porque pues ya si no y que está destinado a desaparecersin dejar legado y como un anécdota que no creo que llegue a contarse ni por Enrique Krauze.
México no necesita más protagonistas del selfie político, sino liderazgos reales, pues ¡¿que no están viendo caray?!
Estos episodios no son hechos aislados, son señales de un sistema que ha perdido el magnetismo del ideal. No hablo de un ideal como utopía hueca, sino como ese fuego interior que sostiene la esperanza en medio del escepticismo. Si el caso Bonilla se profundiza, el PAN podría atrincherarse en el discurso de la “persecución política”… ¿de Trump? ¡Jaja¡, bueno, tal vez eso les una por dentro, pero lo que si es cierto es que no les devolverá la confianza ciudadana, al menos en el corto plazo que es lo que les urge y en Juárez lo sabemos: cuando el liderazgo se fractura, el miedo regresa para ocupar su lugar y con esto pregunto ¿Cuántas veces no hemos votado por quien puede tener “la plaza” tranquila?… échele coco.
A nivel nacional, Cuevas podría fragmentar aún más a una oposición ya debilitadaque si es el objetivo, ¡Va! Al final es estrategia, pero a estas alturas del partido y como he visto como se ha desarrollado, me parece mas una ocurrencia sin asesores y con ambiciones vacías, sin objetivos claros y sin una base sólida, si este movimiento, no tiene algo de donde agarrarse rea, se evaporará como tantas otras que vivieron de reflectores y no de estructuras.
Regresando a esta hermosa (si es y tampoco pienso discutirlo) con el dolor que cuesta decir la verdad, desde hace tres años quedó claro que hay un vacío institucional que empuja a los ciudadanos a buscar liderazgos alternativos: vecinales, comunitarios, informales, esto puede sonar democrático, pero también es síntoma de desconexión. La gente aprende a cuidarse sola y eso no es de orgullo.
Lo que hoy enfrentamos entre escándalos, silencios incómodos y promesas, exige más que marketing político, requiere reconstruir una visión compartida de futuro, no para adornar discursos, sino para reconectar con el alma colectiva de una ciudad que ha resistido demasiado como para conformarse con tan poco, caray también el colectivo la riega, pero esa… esa es otra historia.
Mantener el ideal en tiempos grises puede parecer ingenuo, pero si no lo hacemos, ¿qué queda? ¿Gobiernos que administran el deterioro? ¿Proyectos que brillan en redes y se desploman a la primera? Eso no basta.
El verdadero liderazgo ilumina y si la penumbra domina al mundo, más nos toca proteger el fuego interior. ¿Quien se acuerda de la película “La historia sin fin”?Ahí les va una frasecilla de dicha obra:
“La Nada se está extendiendo por todas partes… es el vacío que queda cuando la gente pierde la esperanza.”
Juárez merece más que sobrevivir: merece un proyecto que la enamore otra vez. Para eso, necesitamos líderes con visión… y ciudadanos que se nieguen a resignarse, a perder la esperanza.

Alfonso Becerra Allen
Abogado corporativo y observador político, experto en estrategias legales y asesoría a liderazgos con visión de futuro. Defensor de la razón y la estrategia, impulsa la exigencia ciudadana como clave para el desarrollo y la transformación social.


