Durante décadas, el trabajo de cuidar —realizado principalmente por mujeres— fue ignorado por el Estado. Millones de mujeres criaron hijos, atendieron a sus familias y sostuvieron comunidades sin recibir salario, pensión ni reconocimiento. Ese esfuerzo, indispensable para la vida y la sociedad, fue considerado un deber moral, no un derecho ni una aportación económica.
Esa injusticia empieza a corregirse. Desde el 1 de agosto, las mujeres mayores de 60 años pueden acceder a la Pensión para el Bienestar de las Mujeres. Esta política, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum y la secretaria Ariadna Montiel, reconoce que cuidar también es trabajar. Que sostener la vida también construye país. Y que esas mujeres merecen más que gratitud: merecen justicia.
No se trata de asistencialismo. Esta pensión es una forma de reparación histórica. Está blindada en la Constitución, lo que garantiza su permanencia y su carácter de derecho. Ya está transformando la vida de miles de mujeres mayores y da certeza a todas nosotras: cuando lleguemos a esa edad, este derecho estará vigente.
En Chihuahua, la implementación de este programa ha sido posible gracias al compromiso de la delegada de Programas para el Bienestar, Mayra Chávez, quien ha llevado esta política a todos los rincones del estado, especialmente a las comunidades más alejadas.
Antes, el Estado cobraba impuestos. Hoy, con la Cuarta Transformación, el Estado toca las puertas para preguntar qué se necesita, para entregar pensiones y para cuidar a quienes siempre cuidaron. Ese es el verdadero significado de un Estado de bienestar.
Este cambio de paradigma coloca al cuidado en el centro de las políticas públicas. Es un mensaje claro: en México, el trabajo de las mujeres ya no es invisible. Es una prioridad de Estado. Es justicia social en acción.
Cuando el Estado reconoce el valor de cuidar, no solo repara el pasado. También construye un país más justo, más digno y más humano.

Brenda Ríos
Orgullosa Chihuahuense. Amo y respeto la naturaleza. Soy mamá de Alex Benjamin, Austria Camila y esposa de Alex LeBaron. Mi pasión siempre ha sido el servicio público/civil, me inspira luchar por grandes causas que cambien el mundo. Empresaria agrícola y consultora ambiental.


