Nuestra bella Ciudad Juárez, esa frontera indomable donde la esperanza insiste, vuelve a ser tema de titulares internacionales. Pero esta vez, las noticias no celebran nuestra capacidad industrial ni el espíritu trabajador de su gente. Hoy, el mundo nos mira con tristeza, con indignación, y en muchos casos, con incredulidad.
Ante esta crudeza, cabe una sola pregunta: ¿qué vamos a hacer? En los peores momentos de Juárez —cuando el mundo nos etiquetó como “la ciudad más violenta del planeta”— no fueron los gobiernos quienes nos rescataron. Fue la conjunción de sociedad civil, empresarios, líderes comunitarios, académicos y autoridades quienes impulsaron estrategias que cambiaron el rumbo. El ejemplo más recordado es el programa Todos Somos Juárez, una iniciativa que, más allá de sus resultados, demostró que cuando la sociedad se organiza, se puede resistir y reconstruir.
Hoy, lamentablemente, vemos una sociedad civil más callada, quizá temerosa, quizá cansada. Pero no vencida. Como escribí en mi primera columna, estos textos no buscan ser quejas al viento, sino llamados a la acción. Hacer política desde todos lados significa eso: involucrarnos, proponer, exigir, construir. Porque los problemas de nuestra ciudad —la violencia, la migración, el desempleo, la pérdida de industrias, el abandono institucional— no se resolverán solos. Y tampoco lo hará un solo actor. Los más interesados en cambiar el destino de Juárez debemos ser quienes vivimos aquí. La resignación no puede ser opción. La participación, la solidaridad y el liderazgo son las únicas herramientas capaces de revertir este escenario.
Ciudad Juárez es mucho más que sus tragedias. Es una ciudad de oportunidades, de trabajo, de resistencia. Es tiempo de volver a unirnos, de convocar a esa sociedad civil valiente que tanto nos ha salvado en el pasado, y que aún tiene mucho por dar. Porque si algo ha quedado claro en la historia de esta frontera, es que Juárez nunca se rinde. Y esta vez, tampoco lo haremos.

Marisela Terrazas
Ex Diputada por el PAN en Chihuahua. Doctorante en Ciencias de la Educación por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica. Maestra en Educación por UTEP, ex directora del Instituto Chihuahuense de la Juventud y experta en políticas públicas juveniles.


