Aplaudo profundamente la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que declara que el abuso sexual infantil no prescribe en la vía civil. Esta decisión no solo representa un acto de justicia para Sasha Sokol, sino un parteaguas para miles de personas que han vivido en silencio y con miedo, pensando que ya era demasiado tarde para ser escuchadas.
Como mujer, como madre y como ciudadana, me conmueve ver que por fin se reconoce que el dolor de una víctima no tiene calendario, que el abuso sufrido en la infancia no puede quedar archivado simplemente porque el tiempo pasó. Hoy la justicia mexicana da un paso enorme al ponerse del lado correcto de la historia.
He pensado mucho en cómo operan los agresores cuando no hay consecuencias. Se sienten intocables. Abusan de su poder, de su entorno, de la confianza de sus víctimas. Saben manipular, ocultar, incluso hacer pasar su violencia por afecto. Pero sobre todo, se amparan en el silencio, en la vergüenza y en los huecos de la ley. Por eso este fallo de la Corte es tan importante: porque rompe ese pacto de impunidad que durante años los protegió. Porque pone fin al silencio impuesto y abre paso a una justicia que no olvida.
Durante demasiado tiempo, las víctimas se vieron obligadas a callar por miedo, por incredulidad, por falta de apoyo o simplemente porque la ley no les ofrecía ninguna posibilidad real. Este precedente cambia las reglas. A partir de ahora, quienes hayan sufrido abuso en la infancia podrán buscar justicia civil sin importar los años que hayan pasado. Y eso, más allá de lo jurídico, es un acto profundo de reparación y dignidad.
Celebro que México esté dando este paso. Espero de corazón que la ley siga avanzando en esta dirección, que escuche más a las víctimas, que ponga su bienestar por encima del prestigio o el poder del agresor. Porque si de verdad queremos una sociedad más justa, necesitamos un sistema que no cierre las puertas a quienes más lo necesitan.
La verdadera justicia no solo castiga. También reconoce, repara y da esperanza. Y esa esperanza es la que hoy quiero abrazar.

Nora Sevilla
Comunicadora y periodista experimentada, actualmente Jefa de Comunicación en Cd. Juárez del Instituto Estatal Electoral y Tesorera en la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez. Experta en marketing político y estrategias de relaciones públicas, con sólida carrera en medios de comunicación.


