Si hay algo que los mexicanos podemos demostrar una y otra vez es que la adversidad nunca nos ha vencido, porque pase lo que pase, siempre defendemos a los nuestros y a lo que con mucho esfuerzo hemos construido. Sin embargo, basta con recorrer las calles de diversos rincones del país y escuchar a sus habitantes para entender que quienes deberían representarlos, tienen otras prioridades.
¿Qué podría ser más importante que cumplir con la labor que otorga un cargo público en el que se debe velar por los intereses de todos los ciudadanos y no sólo por quienes los apoyen?
Al buscar una respuesta, pensé en quienes representan a los chihuahuenses y a los juarenses; sin embargo, surgieron más preguntas: ¿Por qué un legislador aprobaría que se otorgue menos presupuesto a su estado natal o permitiría que le arrebaten algo tan esencial como el agua a sus paisanos?
Lamentablemente, la causa de muchos de nuestros representantes no ha sido defender a la ciudadanía, sino promover un proyecto ideológico que entre otras cosas, desde Palacio Nacional exhibe a quienes tengan opiniones contrarias, sugiere eliminar organismos autónomos incómodos y se respalda en sus “otros datos”. Por ello, recientemente se han creado agrupaciones que muestran cierta similitud a los que ya han operado en otros países como Cuba, donde en los sesenta se originaron los Comités de Defensa de la Revolución, los cuales cumplían con la tarea de “movilizar a todo el pueblo en las tareas de defensa de la Revolución y de las conquistas del socialismo, mediante el trabajo directo con las personas y las familias de la comunidad.” ¿Suena familiar?
Con lo aquí descrito no se busca culpar a nadie por adoptar una ideología, ya que todos tenemos la libertad de hacerlo, pero sí se invita a la reflexión sobre lo inconveniente que puede resultar que cualquier persona y más si se trata de un representante popular, anteponga un pensamiento ideológico o una lealtad política, sobre las prioridades y exigencias de los miles de comerciantes que se quedaron sin ingresos; de las madres trabajadoras que ya no pueden dejar a sus hijos en estancias infantiles; de las mujeres que aún siguen sufriendo violencia; de los niños con cáncer que no tienen acceso a un tratamiento; de las familias que siguen perdiendo seres queridos a causa del covid, y de cualquier ciudadano que exija resultados y no excusas.
Por esto no hay que olvidar que ninguna transformación se ha logrado a ciegas, sino asumiendo el papel que a cada quien le corresponde y defendiendo lo que todos los ciudadanos realmente necesitan.
Y tú ¿qué vas a defender?
Licenciada en Relaciones Internacionales por la UACH. Juarense, apasionada por el servicio público, la lectura y la oratoria.
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