Crónicas del Poder “…Y dónde está el magisterio de la 4T…?
Imposible abstenerse de hacer una reflexión en relación a lo acontecido en Chiapas entre la CNTE y AMLO, viejos aliados o cómplices fraternos que de manera escandalosa rompieron lanzas en el escenario público de las sacrosantas mañaneras presidenciales, el pacto aparentemente natural entre dos de los más visibles agentes de la izquierda mexicana. Vayamos pues hoy en Voces Libres, a algunos elementos significativos del entramado ideológico, si hoy subsistiera, del mencionado evento de ruptura presenciado en la capital chiapaneca.
“…Nos deslindamos de las perversas acusaciones que intentan vincularnos con los grupos de la ultra derecha golpista y su expresión abierta denominado Frena. Por un asunto de principios, nuestro movimiento ha combatido en las aulas, las plazas y calles toda clase de la reacción y fascismo…”, así lo dijo la CNTE en su Declaración Política reciente, a raíz del poderosamente simbólico acto de confrontación entre el organismo sindical magisterial siempre radicalizado, con el personaje que en alguna ocasión se dijo también “izquierdista”, sí, Usted leyó bien amable lector, la CNTE en su declaración formal asume el combate permanente en su historia como organización de lucha contra “toda clase de reacción y fascismo…”
Sin ambages y con claridad meridiana asumieron que “…Lamentablemente, en lugar de atender a la comisión y establecer un compromiso formal de diálogo, el licenciado Andrés Manuel López Obrador descalificó al movimiento y declaró que “prefería no entrar a la mañanera que caer en el chantaje…” “…Y que, de esta forma, la manifestación pacífica se convirtió en el pretexto perfecto para declararse “rehén” y no ingresar a la conferencia mañanera…”, definiendo a AMLO por lo tanto en los hechos, en esta circunstancia, como un provocador.
Viene hoy a mi memoria uno de los luminosos artículos de cuya autoría es responsable el intelectual mexicano Guillermo Sheridan, que, al abordar la preparación política de MoReNa para llegar al poder federal en ruta al 2018, escribiendo en el mes de agosto de 2016, hace referencia a tres de los principales ideólogos del momento, aun vigentes en mayor o menor medida en el oído de AMLO, ya no en condición de eterno candidato, sino como autócrata presidente. Refiriéndose al célebre y lúbrico Paco Ignacio Taibo II, en aquél promisorio año del también en ese entonces llamado “partido-movimiento” que este personaje asumía elogiando, sin duda, posiciones de movilización política como el radicalismo de la CNTE, que “…Por lo tanto es necesario desdeñar las escuelas de cuadros y encomiar a los “militantes formados en la lucha social, en la lucha de clases”. Más que a la escuela “hay que ir a la calle todos los días. Somos un instrumento de la lucha del pueblo”. Considera que MoReNa por equis o zeta se ha estado inhibiendo frente a una serie de luchas; toma posiciones, pero no se involucra en la lucha coyuntural” y que “frente al movimiento social, MoReNa funciona como una tortuga”. Y no debe ser así, pues vienen mayores luchas, ya que “los cuatro jinetes del apocalipsis del neoliberalismo” están provocando al país en su “lógica de destruir la Constitución del 17…”” …El camino hacia 2018 está plagado de contradicciones que en cualquier momento pueden producir explosiones. Las tensiones van a producir explosiones. Y si no tenemos un partido movimientista capaz de sumarse –con decisión, con voluntad, con entrega, con capacidad y con los grandes recursos que ahora tenemos– a estas explosiones para apoyarlas, estamos inhibiéndonos del proceso central…”
Por su parte, el hoy disminuido esposo de Irma Eréndira Sandoval, ideólogo, sin duda, de la 4T, John Ackerman, admirador y teórico profundo de las tácticas confrontacionales de la CNTE, asumía con fiereza conceptual que, “…Ya se acabó la política institucional en el sentido de marchar para pedir reuniones con el presidente, marchar para pedir reuniones con las instituciones realmente existentes, la vieja lógica priista. (Eso no quiere decir que la CNTE no esté haciendo un trabajo formidable.) Hay que romper con la idea de que la radicalidad es desconocer y luego negociar. La radicalidad es organizarnos políticamente para tomar control sobre las instituciones públicas de este país y ponerlas al servicio del pueblo. Tenemos que conquistar el poder institucional y público. Eso no es reformista. Eso no es light. Eso es el gran reto histórico que tenemos hoy: Tomar las instituciones públicas, transformarlas y ponerlas al servicio del pueblo…”
Finalmente, el destacado filósofo argentino naturalizado mexicano, Enrique Dussel, ferviente converso seducido por AMLO y la 4T, poderoso ideólogo populista en ese momento de López Obrador y asesor de cabecera al respectivo estilo de otro distinguido filósofo argentino, Ernesto Laclau, propulsor ideológico del populismo argentino, también asesor de Cristina Kirchner, asumía en estilo académico que “…Por iniciativa del “partido-movimiento” MoReNa, se ha creado la “Escuela de Formación Política Carlos Ometochzin” (un cacique de Texcoco que en 1539 se opuso al sojuzgamiento de los españoles y, acusado de idolatría, fue ahorcado). Siendo la elección del nombre un motivo poderoso para la integración de los aguerridos cuadros de la CNTE, así como un encomio de la rebeldía que mira en “la mafia del poder” a los nuevos conquistadores y a Ometochzin como su digno opositor…”
En el mismo sentido, con la obligada terminología de la filosofía profesional y académica, “…En primer lugar, el poder no se “toma” –como si fuera una cosa, un objeto a la mano, un paquete bien atado. El poder es una facultad de la comunidad política, del pueblo. El poder que pareciera que se “toma” es solamente el de las mediaciones o instituciones del ejercicio delegado del indicado poder fundamental. Si el ejercicio delegado del poder se efectúa obedencialmente dicho poder como servicio es justo, adecuado, necesario. Si debieran “tomarse” las instituciones ya corrompidas, estructuradas desde el poder fetichizado, dicho ejercicio no podría ser en beneficio de la comunidad, del pueblo. Por lo tanto, no se podría “cambiar al mundo” con dicho ejercicio corrompido, como es obvio…” Ante semejante argumento, surge al botepronto la pregunta: ¿Qué clase de poder realmente tomó en 2018 y ejerce actualmente AMLO…?
Mundo raro de los mesianismos de la 4T expresados en el 2016, sin duda, otro tiempo, otra historia, hoy por el contrario parece que por lo menos para los antaño elogiados integrantes radicales de la gloriosa izquierda combativa de la CNTE, verdadera emanación del pueblo elegido, el mundo se volteó de cabeza, hoy son ya para su viejo adalid democrático, su patético mesías tropical, un grupo mafioso de intereses creados, quienes para el “señor de los chantajes”, no están a la altura de los “moditos” que tan magistralmente dominaba y exhibía con orgullo el converso nuevo o viejo cacique tabasqueño.
Tiempos traen tiempos.

Sergio Armendáriz
Comunicador en Radio, TV, Prensa Escrita y Portales Electrónicos. Académico Universitario. Funcionario Educativo. Miembro Consultivo en OSC.
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