En Chihuahua, los legisladores se esfumaron. No literalmente, claro; sus nombres siguen apareciendo en nóminas, boletines y redes sociales donde aplauden sus propias fotos con tono triunfalista. Pero en los temas que verdaderamente duelen, donde hace falta su voz, su firma, su voto… ahí sí, no están.
Y no, no es exageración. Es evidencia.
Ahí está el aumento en los secuestros y extorsiones. Delincuentes que queman locales por negarse a pagar “cuota”, familias que viven bajo amenaza y comerciantes que optan por cerrar antes que vivir con miedo. ¿Y el Congreso? Bien, gracias. Las penas por estos delitos no se han endurecido. Las reformas duermen en comisiones. La violencia avanza, el Congreso titubea.
Luego está el horror reciente: 383 cuerpos hallados sin incinerar en un crematorio en Ciudad Juárez. Un escándalo que exige no solo justicia, sino una legislación urgente sobre la trazabilidad y dignidad del manejo de restos humanos. Pero ni una propuesta de ley sólida se ha puesto sobre la mesa. Se pronuncian, claro, en ruedas de prensa. Pero las palabras no traen paz. Las leyes sí. Y aquí no las hay.
Y qué decir del desastre ecológico urbano. Mientras los desarrollos inmobiliarios brotan como hongos después de la lluvia, ¿quién se asegura de que siembran árboles, respetan áreas verdes o captan agua de lluvia? ¿Existe una legislación obligatoria y vigente que impida seguir sembrando cemento sin sombra? Puede haber lineamientos, pero si los hay, no se cumplen. Y si no existen, ¿por qué los legisladores no los proponen?
Qué opina sobre una verdadera visibilidad para uno de los grupos más discriminados en el país, el diseño e implementación del proceso de consulta previa, libre e informada a personas afromexicanas tiene meses en mesas de consulta, y adivine qué, en agosto inicia mas derroche de dinero con otra mesa de consulta más ¿en verdad hay que hacer tanto análisis para ver si se visibiliza y protege este grupo minoritario, no se merecen el respeto y dignificación como grupo social? ¿o necesitan marchar como la comunidad LGBTQ+ para que les hagan caso?
Y ya ni le cuento sobre la resolución final en protección al menor con la “violencia vicaria”, esa, que debe ser abordada desde una perspectiva de infancias y no desde una óptica de políticas de género. Pero ahí si le sacan machin al parche… van en contra de la tendencia, mejor más mesas de consulta y seguimos postergando.
Y la lista sigue: iniciativas que se quedan en el cajón. No crean que la cosa termina ahí. El Congreso de Chihuahua es un cementerio de iniciativas que nunca ven la luz. Desde reformas para combatir la violencia de género hasta propuestas para proteger a los periodistas, pasando por la sequía que nos tiene al borde del colapso, pero como ya nos llovió, pues ya es “a toro pasado”, ¿dónde está la protección de los bosques frente a incendios?… en este congreso todo se queda en “análisis” eternos.
El problema es muy amplio. el Congreso de Chihuahua ha gastado millones en procesar iniciativas que jamás se convierten en leyes. Iniciativas sin destino. Simulaciones disfrazadas de trabajo.
Una legislatura debe tener brújula, y la nuestra parece tener solo calendario electoral.
Señoras y señores diputados: Legislar no es llenar agenda ni repartir comunicados. Legislar es resolver. Resolver problemas reales, urgentes y muchas veces trágicos. No es posible que, con una ola de extorsiones, una crisis ambiental a cuestas y una tragedia funeraria de por medio, no haya iniciativas firmes, transversales y con sentido humano. Al menos discusiones en el pleno… nombre, es mejor irnos dos “mesesotes” de vacaciones porque estan cansados de no hacer nada, que la ciudadanía siga aguantando.
Porque sí: hay temas que no pueden esperar a que acabe el desayuno legislativo o la sesión solemne o sus vacaciones. La sociedad clama por un marco legal moderno, eficaz y empático. Lo que menos necesita Chihuahua son diputados de ornato que justifiquen su sueldo con iniciativas intrascendentes o posponiendo lo que importa.
Un Congreso que no legisla, solo simula:
Chihuahuenses, está claro: el Congreso de Chihuahua es un experto en gastar dinero y tiempo en iniciativas que no aterrizan. Nuestros diputados parecen estar en un reality show de “Quién pospone mejor”. La necesidad social grita por soluciones, pero el Congreso responde con silencio o, peor aún, con más foros, o fotos, muchas fotos en sus redes sociales. ¡Ya basta de excusas!
Queremos legisladores que trabajen con pundonor, que escuchen el clamor de la gente y que dejen de tratar el presupuesto como su caja chica para eventos sin sentido. Chihuahua merece leyes que resuelvan, no promesas que se queden en el aire. ¿Es mucho pedir un Congreso que cumpla con su chamba? Porque, por lo visto, en Chihuahua legislar es una misión imposible.
La ley, en su origen más puro, es una herramienta de justicia. Y el legislador es su artesano. Pero en Chihuahua, muchos de ellos parecen más contadores de tiempo que constructores de soluciones.
Queremos un Congreso con sentido. Que gaste menos en hablar y más en escuchar. Que legisle con nobleza, sí, pero también con urgencia, con brújula y con alma.
Porque si no, ¿de qué nos sirve tanto gasto público si no se convierte en bien público?

César Calandrelly
Comunicólogo / Analista Político


