Desde niña recuerdo que me encantaba buscar en las revistas de moda a Naomi Campbell. Para mí era mucho más que una modelo: era una forma de encontrarme. En la televisión mexicana no había nadie que se pareciera a mí, ninguna figura con la que pudiera decir esa frase mágica que todas las niñas repiten frente al espejo: “yo soy ella”. Las demás cambiaban de ídolo cada vez que aparecía una nueva artista, una princesa o una cantante. Yo no. Yo me quedé con la Pantera Negra, no por su estatura ni por su perfección física, sino por el color tan bello y majestuoso de su piel. Ese tono que el mundo insiste en esconder, pero que para mí fue la confirmación de que también lo nuestro puede brillar.
Por eso, cuando supe que Anok Yai fue nombrada Modelo del Año 2025 por el British Fashion Council, sentí que la historia cerraba un ciclo y abría otro. Anok, igual que Naomi en su tiempo, se ha convertido en un símbolo de inclusión, diversidad y empoderamiento, pero con una fuerza distinta, más consciente, más política. Representa a una generación que no solo camina la pasarela, sino que la transforma.
En su discurso, Anok dijo con una voz firme: “Soy una refugiada… y no hay nada más fuerte que eso.” Palabras que estremecen, porque detrás de ellas hay historia, desarraigo y también orgullo. Pero no se quedó ahí. Conmovida, dirigió un mensaje a las niñas negras del mundo:
“A todas mis pequeñas niñas negras que me están viendo ahora mismo: su color no es una maldición. No eres un error, no eres desafortunada. Eres digna, capaz y más poderosa de lo que puedes imaginar.”
Antes de dejar el escenario, pidió la paz para Sudán, su país natal, recordando que la belleza no puede desligarse de la humanidad. No habló desde la frivolidad, sino desde el amor de quien no olvida de dónde viene ni a quién representa.
Su mensaje fue un recordatorio de que la belleza negra no solo es estética, también es resistencia. Que caminar por una pasarela siendo mujer negra es un acto político, un desafío a un sistema que durante siglos intentó convencernos de que no éramos suficientes. Criticó el colorismo que sigue marcando jerarquías en la industria y pidió una inclusión real, donde las personas racializadas no sean una moda pasajera, sino parte del cambio.
Además, Anok habló de algo que me pareció aún más importante: la educación y el empoderamiento femenino. Dijo que quiere inspirar a las niñas —especialmente a las de piel oscura— a tener confianza en sí mismas y a elegir el camino que deseen, incluso carreras en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas. Porque una modelo también puede ser científica, y una mujer negra también puede ser todo lo que imagine.
Desde Chihuahua, donde aún cuesta tanto hablar de lo afro sin que te miren con sorpresa, me emociona ver cómo una mujer negra conquista el mundo con dignidad y sin renunciar a su origen. Anok Yai no solo ganó un premio; abrió una puerta que muchas esperábamos ver abierta desde niñas. Resistir también es símbolo de belleza.
Por eso, con toda justicia y toda historia detrás, Anok Yai es la modelo del año.

Ángeles Gómez
Fundadora en 2014 de Ángeles Voluntarios Jrz A.C. dedicada al desarrollo de habilidades para la vida en la niñez y juventud del sur oriente de la ciudad. Impulsora del Movimiento Afromexicano, promoviendo la visibilización y sensibilización sobre la historia y los derechos de las personas afrodescendientes en Juárez.


