En el portal de la ONU claramente se establece y puntualiza:
“La gratitud, es la cualidad de ser agradecido, que consiste en apreciar los aspectos (no materialistas) de la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestro bienestar emocional, economico y social. Es una emoción fuertemente relacionada con la salud mental, la satisfacción vital, el optimismo, la autoestima, las relaciones sociales y la felicidad que perdura a lo largo de la vida. Es una habilidad esencial para lograr el autoconocimiento y la autogestión”.
“Las personas agradecidas son más felices y por lo tanto están más satisfechas con su vida, sus amistades, su familia, su comunidad y su persona. Experimentan más esperanza, optimismo y autoestima y rinden más en la escuela, en el trabajo y en la sociedad”.
“Por lo tanto la gratitud está relacionada con una mayor compasión, dando lugar a relaciones más sólidas. También se asocia con un estilo de vida más saludable, un mejor descanso, un sistema inmune fortalecido y menos emociones negativas como la envidia, la depresión, el sentimiento de soledad y el materialismo, mucho menos propensos a la práctica del clasismo, discriminación y la segregación a los demás”.
En consecuencia vivir practicando la gratitud fortalecerá más nuestras vidas sociales, sexuales, económicas, religiosas y políticas.- La gratitud contribuye a la esperanza, la resiliencia y el afrontamiento de las crisis. Puede ayudarnos a gestionar emociones como la pérdida y el estrés.
Y el resultado de agradecer se denomina agradecimiento. Quien agradece, expresa su gratitud y así mismo la valoración que se tiene hacia aquel que realiza un favor o que presta ayuda, un sentimiento que generalmente lleva a tratar de devolver, de alguna forma, la colaboración recibida, cuando se manifiesta gratitud, y por lo tanto se es agradecido, fortalecerá la amistad y las relaciones humanas detonando confianza hacia los demás y seguridad en los cercanos, se puede vivir la vida con mas confianza y seguridad, se crea y detona un círculo virtuoso en las relaciones humanas.
La reciprocidad juega un papel muy importante para fortalecer las relaciones nacidas del agradecimiento y la gratitud porque se corresponderá con la reciprocidad, confianza, lealtad y seguridad jugando un papel muy importante la honestidad y el honor de las partes.
La reciprocidad obliga a un proceso de intercambio donde se buscará obtener un beneficio mutuo. Básicamente, establece que si alguien hace algo por ti, debes devolverle el favor. El proceso de socialización juega un papel importante en el desarrollo de esta necesidad de reciprocidad, por lo tanto podemos agregar que el agradecimiento, la gratitud y la reciprocidad detonan una cadena de favores, construyendo la pirámide escalonada del crecimiento personal, sin duda alguna.
En tanto se puede considerar, y entender, a la reciprocidad como un valor social que se refiere e invita al crecimiento personal, ser agradecido y retribuir eso que se recibió para la misma persona u otra. Es decir, se generan beneficios entre los individuos al saber que se garantizan los recursos por ambas partes en un momento determinado, nacidos del agradecimiento, la gratitud y la reciprocidad.
Durante más de 36 años el reparto de los dividendos sociales en el país era entre los de la clase privilegiada y la grey política dorada y subordinada en abundancia y corrupción, en saqueo descarnado a la riqueza del país, el gobierno les agradecía su silencio y tolerancia sumisa e indigna y en reciprocidad les daba repartición de dividendos que pertenecían a todos los mexicanos pero, a los menos favorecidos los relegaba y menospreciaba, los humillaban y discriminaban, y si había suerte, era migajas las que les repartían y aun así no les llegaban completas, en el camino las servidumbres las succionaban, pero no importaba porque la reciprocidad, el agradecimiento y la complicidad de los beneficiarios de ese reparto de dividendos cuidaban al poder, detonando la cadena de favores entre sinvergüenzas y saqueadores.
El clasismo con recompensa adulaban al poder, era un deporte humillar y relegar a los más necesitados maquillando su bajeza y prepotencia con programas sociales que solo servían para socavar dignidades y obligar silencios y sumisión social de las clases más desprotegidas, programas sociales selectivos, de mucho menor cuantía y de obligada y forzada necesidad política.
Esos beneficiados clasistas de la grey social dorada y sus servidumbres hoy en día conforman una minoría de mexicanos que no sobrepasan los 20 millones de ciudadanos pertenecientes a ese segmento de beneficiarios y saqueadores de los bienes y activos de la nación, que su programa “social” era repartirse el botín a costa del patrimonio y bienestar de todos los mexicanos, su “programa social dorado”.- Solo para ellos había reparto y abundancia, hoy lo extrañan y les forma un vacio en sus finanzas personales, no son, ni han sido capaces de formar sus patrimonios en consecuencia del esfuerzo personal, de la cultura del esfuerzo, provienen de la corrupción y de la dádiva cómplice y corrupta.
Solo ellos se consideraban con el “divino” derecho de votar en las elecciones (fraude) negándoles al resto de los mexicanos su capacidad política de poder decidir por sus gobernantes, por supuesto jamás aceptaron que su voto valía lo mismo que el voto de cualquier otro ciudadano de los estratos sociales que despreciaban, los que menos tienen.
Hoy el país lleva el rumbo seguro de quitar y destruir la capacidad de que se ejerza ese derecho “divino” de solo ellos escoger los gobernantes de este México nuestro, de todos.
Los programas sociales que hoy otorga el gobierno de la república tienen una profunda permeabilidad social equitativa que permite por ejemplo que las mesas de millones de mexicanos haya alimento suficiente en estas fechas, que reciban pensiones y apoyos dignos y en crecimiento, que los abuelitos, los padres, los incapacitados además de sus pensiones de su seguridad social reciban las pensión constitucional vía el gobierno federal, aumentando sus posibilidades de calidad de vida como nunca habían tenido jamás.
Son más de 80 millones de mexicanos que conforma la cadena de favores que se comenzó a construir hace ya 4 años con la llegada del gobierno de la 4T al poder.
La gratitud, el agradecimiento y la reciprocidad se dan también en ellos hoy y, obviamente, eso redunda en el éxito de los programas sociales del gobierno federal de la 4T, eso que ahora le llaman, los de antes, populismo y clientelismo y que esos de antes lo consideraban propiedad y un derecho incuestionable de las élites.
20 no es, ni será suficiente, para derrotar a 80.
Antes, y ahora, prevaleció la gratitud, el agradecimiento y la reciprocidad aunque en el antes se reforzaba con la complicidad, la diferencia es la permeabilidad y pulverización del reparto de la riqueza que produce el país en el grueso de la población mexicana (80 millones), ya no es para unos cuantos (20 millones) y nunca más lo volverá ser.
El pueblo de México es, y sabe ser recíproco, agradecido, y con valores y dignidad practica y ejerce la gratitud.
El que lastima y ofende al pueblo de México en reciprocidad le harán pagar sus ofensas con el látigo del desprecio político y electoral.
Seguirán siendo rechazados y con más fuerza, cada vez serán menos.
La inversión federal y pública, mas los programas sociales del gobierno federal, marcan perfectamente que si hay, que si se puede hoy y que siempre hubo.
¿porque antes no?
Tiene profundidad el porqué los programas sociales de la 4T tienen el éxito planeado y detonan las consecuencias previstas con toda claridad, un enfoque muy diferente de poder y hacer las cosas, el ayer tuvo los recursos y el poder de haberlo hecho también, pero jamás hubo voluntad…. Y la voluntad hoy llegó para quedarse.

Raúl Sabido
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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