En la clase de Formación Cívica y Ética, estábamos estudiando los grupos sociales y les explicaba a los alumnos que allá entrado el año 2000, al ingresar a secundaria definías tu identidad a partir de la música que escuchabas. Una vez identificado tu género, te ibas uniendo a los grupos que había y que, en mi caso, era el de los metaleros. Así mismo estaban los emos, los skateros, poperos, reggetoneros etc. La música es una de las formas de expresión para todo tipo de grupos sociales en determinados contextos, recordemos que los géneros son el resultado de los cambios económicos, políticos y sociales que se experimentan, a lo cual, una generación a manera de expresión, le da voz a un sentir popular.
En este caso quiero compartir una reflexión sobre el Jazz escrito por una de mis alumnas llamada Cloe Martínez Villalobos de 1er año de secundaria, en el Colegio Hispano Inglés.
Hace tiempo la música se volvió algo de mi día a día, entonces al yo amar la música empecé a conocer nuevos géneros musicales. A mi en lo personal siempre me apasiono más el rock y el pop, aun habiendo demasiadas opciones por escuchar siempre me incline por esas elecciones, pero claro que esta la electrónica, los corridos, la clásica, el funk, los bachacos, etc., hay una inmensa cantidad de géneros. Hay uno en específico que quise hablar y ese es el jazz, pienso que está muy infravalorado por lo que uno se imagina que es solo ir a escuchar música que no muchos les gustan, ya sea o por que esta aburrido o no es de su agrado, ese también fue mi caso, siempre me pareció aburrido y pensaba que no tenía chiste, pero cuando empecé a escucharlo más a fondo me di cuenta que el jazz me gusta mucho.
Más allá de sonidos, melodías y armonías, el jazz es una expresión artística que nació como un medio de protesta durante una época de esclavitud con los africanos en Estados Unidos. Surgió en el siglo XIX entre como ya dije los africanos en el sur de Estados Unidos. Al igual que toda la música hay varios subgéneros como: Hot jazz Swing, Bebop, Had Bop, Free Jazz, Smooth Jazz y el Acid Jazz.
Algo que lo describe mucho es que es influenciado por el blues, el ragtime y la música clásica, el Jazz como se ha dado tiene que ver con la improvisación y la creatividad, permitiendo a los músicos explorar nuevas formas y expresiones musicales. El jazz refuerza el papel que juega la juventud en el cambio social; porque promueve la innovación artística, la improvisación y la integración de músicas tradicionales en las formas modernas, rompe barreras. Es una forma de libertad de expresión, simboliza la unidad y la paz.
El jazz tiene la capacidad de humanizar y trascender para transformar una sociedad tal y como hizo Estados Unidos, haciendo de este género una filosofía de vida. ¿Qué quiero decir con esto? Que es una expresión que se refiere a los principios, valores e ideas que rigen el estilo de vida de una persona o de un grupo y orientaron su comportamiento en busca de la autorrealización.
Esas son mis razones por las que deberías amar el jazz y hay muchas más, pero esas son solo algunas y en lo personal como pianista yo disfruto mucho de este género de como improvisar sin siquiera tener partituras, lo cual admiro mucho. Si me lo preguntan es uno de los mejores géneros, porque hasta con solo ver sus expresiones a la hora de tocarlo se siente porque son melodías muy hermosas. Por eso yo me identifico con el jazz, el rock y pop.
Uno de los elementos que más me gustaron del trabajo que realizó Cloe, es cuando señala que el género es una filosofía de vida y es verdad. Es algo que siempre trato de transmitirles a mis alumnos cuando hablamos de los grupos sociales. La música al ser una forma de expresión, también es una forma de vivir y ver la vida. En el caso de mi alumna, como toda adolescente, está aprendiendo a vivir, descubriendo el mundo y lo está haciendo a treves del Jazz. En nuestros días hay géneros y cantantes que no agradan, pero debemos entender que si hay jóvenes que siguen a estos intérpretes, es por el sistema económico en el que nos encontramos.
El proletariado está muy enajenado, las protestas sociales ya no tienen el mismo impacto y la tremenda censura de los contenidos en la Educación Básica y Media Superior nos ha orillado a dejar de ser críticos. Con el sentido común adormecido, no hay un sentir de inconformidad, por lo tanto, no hay ebullición social entonces no hay creatividad. Los grandes músicos o bandas de rock ya no tienen nada más que decir porque su tiempo ya fue, sin embargo; cuando reviso un trabajo como el de Cloe que pasa por un contexto histórico del por qué, del Jazz, entonces hay esperanza de que la creatividad puede volver a surgir, quizá de otras formas.

Marduk Silva
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.


