Si alguna vez dudaste de ti porque alguien te hizo creer que no eras suficiente, este texto es para ti.
Si aprendiste a callar para evitar problemas, a bajar la mirada para no provocar enojo, o a hacerte pequeña para encajar, también es para ti.
Si sobreviviste a la violencia —aunque nadie lo supiera— y hoy sigues en pie, cansada pero firme, quiero que sepas algo desde el inicio: no estás rota, estás viva.
Muchas mujeres han pasado años funcionando, cumpliendo, resistiendo. Son fuertes, pero no siempre se sienten libres. Son capaces, pero no siempre creen en sí mismas. La violencia no solo deja marcas visibles; también apaga la voz interior, siembra culpa y hace pensar que soñar de nuevo es peligroso.
Por eso, cuando hablamos de empoderamiento, no basta con decir “sé fuerte”. Empoderarse bien empieza por sanar.
Y quiero decirte algo con total honestidad: yo también pasé por ahí. También viví una etapa marcada por la violencia, por el miedo y por la duda constante sobre mi propio valor. Sé lo que es sentirse atrapada en una versión de ti que solo sobrevive. Pero hoy puedo decirlo con certeza: sí se puede salir, sí se puede sanar y sí se puede construir una versión nueva y mejor de una misma.
Sanar no es olvidar ni justificar lo vivido. Sanar es volver a escucharte con respeto, recuperar tu voz y permitirte crecer sin miedo. Y ese proceso no se hace sola. Se hace en espacios seguros, donde nadie te juzga, donde equivocarte no te cuesta dignidad y donde tu historia no te limita, sino que te impulsa.
Aquí es donde Toastmasters International se convierte en una herramienta poderosa. No solo porque enseña a hablar en público, sino porque enseña a creer en una misma. En Toastmasters, las mujeres practican expresar ideas, liderar proyectos y comunicarse con claridad, pero también aprenden algo más profundo: a mirarse con confianza, a respetar su proceso y a reconocer su valor.
Como Directora de División en Toastmasters International, con clubes en Ciudad Juárez, Chihuahua y Ojinaga, he sido testigo —y ejemplo— de cómo una mujer puede transformarse cuando encuentra comunidad, guía y propósito. He visto a mujeres que llegaron con miedo hoy hablar con firmeza; a quienes dudaban de su capacidad hoy liderar con empatía; y me he visto a mí misma convertirme en una versión más consciente, más libre y más fuerte.
Por eso hoy quiero decirte algo importante: no te rindas. Aunque hoy todo parezca cuesta arriba, aún hay esperanza. A veces la esperanza no llega como una respuesta inmediata, sino como una oportunidad: una conversación, una comunidad, un primer intento. Afuera hay un mundo que quiere conocerte, escucharte y tomar tu historia como referencia de superación.
El empoderamiento verdadero no es competir, ni endurecerse, ni repetir la violencia desde otro lugar. Es crecer con valores. Es ayudar a otras mujeres a crecer contigo. Desde la integridad, el respeto, el servicio y la excelencia, se forman liderazgos con propósito. Esta gestión se ha caracterizado por eso: por formar líderes humanas, conscientes y comprometidas. Por eso hoy lo afirmo con convicción: es tiempo de mujeres.
Si eres una mujer que ha vivido violencia y hoy desea reencontrarse consigo misma, te invito a contactarme. Con gusto te ayudaré a encontrar un grupo seguro en Toastmasters donde puedas seguir sanando, fortalecer tu voz y creer en tu potencial.
No estás sola. No es tarde. Aún hay esperanza. Y tu historia también puede transformarse en luz para otras.

Mayra Machuca
Abogada, Activista, Columnista, Podcaster.
Especializada en análisis y asesoría jurídica, cuenta con experiencia administrativa y jurídica con habilidades destacadas en la resolución de problemas y coordinación de tareas. Experta toma de decisiones estratégicas. Activa en Toastmasters y Renace y Vive Mujer.


