La empresa española Iberdrola ha tomado la decisión de contratar al banco Barclays con el objetivo de vender 15 plantas de energía renovable en México.
Ciudad de México (ADN/Staff) – Esta medida se produce en un contexto de creciente incertidumbre jurídica y fiscal bajo la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, según reporta el diario El Confidencial. La salida de Iberdrola del mercado mexicano representa un cambio significativo en el sector energético del país, donde la empresa ha tenido una presencia notable desde 1992.
Durante una reciente conferencia de prensa, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pronunció sobre la posible salida de Iberdrola, afirmando que la empresa no tiene motivos válidos para retirarse. Sheinbaum destacó que las reglas actuales para operar en el país son claras y que Iberdrola ha incurrido en prácticas cuestionables, como el pago insuficiente o nulo por el uso de las líneas de transmisión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Estas prácticas, que fueron permitidas en administraciones anteriores, ahora están prohibidas.
Iberdrola llegó a México en un momento en que el país adoptaba políticas neoliberales que favorecían el libre mercado. Desde su llegada, la empresa ha recibido múltiples licencias y permisos que le han permitido expandir sus operaciones en el sector energético. Durante el gobierno de Vicente Fox, la compañía se benefició de la liberalización del sector, lo que le permitió construir importantes infraestructuras, como la central de ciclo combinado de Tamazunchale I y el primer parque eólico privado en Juchitán, Oaxaca.
Sin embargo, la llegada de López Obrador al poder marcó un cambio en la relación entre el gobierno y la empresa. El presidente ha acusado a Iberdrola de evadir multas y de llevar a cabo prácticas abusivas. Según el reporte financiero de Iberdrola para 2024, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha iniciado procedimientos de inspección que afectan a varias de sus sociedades en México. En este contexto, el gobierno mexicano concretó una compra significativa de activos de Iberdrola, que incluyó la venta del 55% de su negocio en el país por aproximadamente 6,200 millones de dólares.
La posible salida de Iberdrola del mercado mexicano ha generado preocupación en el sector energético. Arturo Carranza, director de proyectos de energía en México, comentó que esta decisión no sería lógica, dado que antes de la venta de sus centrales, Iberdrola controlaba cerca del 27% del mercado global de la empresa en el país. Sin embargo, la incertidumbre sobre la nueva composición del Poder Judicial, tras recientes reformas y elecciones, ha alimentado temores sobre el futuro de las inversiones en el sector.
A pesar de la posible salida de Iberdrola, Carranza subrayó que existen otras empresas interesadas en adquirir los activos de la eléctrica española. Esto sugiere que, aunque la salida de Iberdrola podría ser un golpe para el mercado, las oportunidades de inversión en el sector energético mexicano aún podrían atraer a otros actores. La situación sigue evolucionando y se espera que las decisiones futuras de Iberdrola y otras empresas influyan en el panorama energético del país.

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