Ary Gisell Silva fue hallada culpable de robo con violencia que derivó en la muerte de tres turistas en abril de 2024.
Ensenada, BC. (ADN/AFP) – Un tribunal en Ensenada, Baja California, condenó a 20 años de prisión a Ary Gisell Silva, de 23 años, por su responsabilidad en el robo con violencia que derivó en el asesinato de dos surfistas australianos y un estadounidense, crimen que conmocionó a ambos lados del Pacífico y encendió las alarmas sobre la seguridad en destinos turísticos del norte de México.
De acuerdo con las autoridades judiciales, la mujer admitió haber instigado a tres hombres —incluido su pareja sentimental— a asaltar a los hermanos australianos Jake y Callum Robinson, de 30 y 33 años, y al estadounidense Jack Carter, de 30, quienes acampaban en una zona costera de Ensenada cuando fueron atacados.
Durante el juicio, la Fiscalía General de Baja California presentó pruebas contundentes que señalaban a Silva como la persona que identificó a los turistas como potenciales víctimas por portar pertenencias de valor, incluyendo un vehículo con equipo y teléfonos costosos. Según el expediente, Silva alertó a sus cómplices con la frase: “traen buen teléfono y buenas llantas”.
Los hechos ocurrieron entre el 27 y el 28 de abril de 2024. Las víctimas fueron reportadas como desaparecidas tras acampar cerca de las playas de Ensenada, un popular destino entre surfistas nacionales y extranjeros. Las investigaciones revelaron que los agresores los atacaron con armas de fuego para robar sus pertenencias, y posteriormente intentaron ocultar los cuerpos arrojándolos a un acantilado. Los cadáveres fueron localizados el 3 de mayo.
La sentencia contra Silva fue dictada por un juez local con base en su confesión y en los elementos probatorios que la señalan como instigadora directa. Los otros tres hombres involucrados en el homicidio ya fueron detenidos y se encuentran enfrentando procesos penales por separado por los delitos de asesinato y portación de armas de fuego.
El caso desató una oleada de indignación en Australia y Estados Unidos, donde las familias de los surfistas emprendieron campañas de búsqueda y exigieron justicia. La presión mediática internacional también puso bajo escrutinio la seguridad en zonas costeras mexicanas, particularmente en el corredor turístico del Pacífico norte.
Este crimen recordó otro caso ocurrido en 2015, cuando dos surfistas australianos, Dean Lucas y Adam Coleman, fueron asesinados y sus cuerpos calcinados en Sinaloa, también al noroeste del país. Aunque México ha promovido sus destinos de playa como seguros para el turismo extranjero, episodios de violencia como estos continúan afectando su reputación.
Las autoridades estatales aseguraron que se han reforzado las acciones de vigilancia en zonas turísticas de Baja California, incluyendo filtros de seguridad y operativos conjuntos con fuerzas federales. Sin embargo, organizaciones civiles y defensoras de derechos de víctimas han exigido mayor atención a la prevención del delito y protocolos especiales de protección para visitantes nacionales y extranjeros.

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