Durante décadas, el Estado ha metido la mano en el bolsillo del trabajador justo en el momento en que éste recibe la recompensa de su esfuerzo: el aguinaldo. Un regalo merecido, una gratificación que debería representar descanso, alivio y esperanza, se ha convertido en un botín para el régimen fiscal. Hoy, la ley permite que el gobierno se quede con hasta el 35% del aguinaldo de los trabajadores. Treinta y cinco por ciento del sudor, del desvelo, de las jornadas de trabajo invertidas en construir un futuro.
Esta es la representación clara de un régimen centralista que ha hecho del castigo al trabajo su política económica. Mientras en los pasillos del poder federal se premia la ineficiencia y la burocracia, en los hogares del norte se descuenta al que produce, al que se levanta temprano, al que genera riqueza real. Este impuesto al aguinaldo es una afrenta moral, una herida a la dignidad del trabajador mexicano.
Por eso impulso desde el Congreso del Estado de Chihuahua una reforma para eliminar el cobro del Impuesto Sobre la Renta en los aguinaldos. Una reforma sencilla en su planteamiento, pero profunda en su significado: devolver al trabajador lo que es suyo.
Un acto que reivindica el valor del esfuerzo frente al abuso de un sistema que cobra sin dar, que exige sin agradecer, que recauda sin entender el sacrificio que hay detrás de cada peso ganado.
Hoy, esa reforma ya fue aprobada por la Comisión de Programación, Presupuesto y Hacienda Pública del Congreso del Estado. Es el primer paso hacia un nuevo pacto entre el gobierno y los ciudadanos. Una señal clara de que Chihuahua no se rinde ante el centralismo ni acepta resignado el saqueo fiscal. Desde el norte, levantamos la voz para decir que el trabajo no se grava: se honra. Que el fruto del esfuerzo no pertenece al gobierno: pertenece a quien lo sembró.
Porque cada peso retenido injustamente es una historia truncada: la imposibilidad de cubrir deudas, de darle regalos a sus hijos, de disfrutar una época decembrina con tranquilidad; y cada peso devuelto al trabajador es una afirmación de dignidad, una victoria del ciudadano sobre la maquinaria impersonal del Estado.
Chihuahua ha hablado con claridad: el dinero de los trabajadores es sagrado. Esta es la reforma por la dignidad del trabajador, por el respeto al esfuerzo y por la justicia que merecen las familias que sostienen con su trabajo la grandeza de nuestro país.
Ha comenzado el tiempo de los justos. El tiempo de los que no se conforman con sobrevivir, sino que exigen vivir con dignidad. Ese es el verdadero espíritu del norte.

Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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